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30 de agosto del 2018

Ey, es la primera vez que me dirijo a ti por este método, pero realmente quiero decirte que es la primera vez en este mes, que lograste que mi corazón fuera al ritmo del tuyo. Dime San, ¿esto es realmente el amor?.

Despertar comenzaba a ser algo odioso, no era el por el frío que comenzaba a ser presente, gritando por todas partes que estábamos en Otoño. Si no, por que cada vez que despertaba tenia una sensación de que algo podría pasar, no sabría si decir que era algo malo o simplemente era el estrés de todo lo que ocurría. No había una respuesta clara a eso y era lo que mas me fastidiaba de sobre manera. Me generaba un malestar abrir mis ojos y sentir aquella presión en mi pecho, no era precisamente mi chico el que dormía sobre mi el causante de aquel malestar, creía que era mi corazón débil intentando gritar que algo estaba pasando por alto o simplemente eran las suposiciones de mi cabeza.

Aunque no podía mentir que aquel malestar solía irse a los pocos segundos en los cuales enfocaba mi vista hacía el gran ventanal, mostrando el fuerte viento que comenzaba a crearse en las mañanas. Era fresco sin dudas, pero el frío a veces era mucho más fuerte de lo que yo esperaba, por lo que solía apretar el cuerpo del chico hacia el mío, como si fuera un pequeño termo, que irónicamente si lo parecía ya que las ropas de algodón y las mantas que usaba eran abismales sin dudas. De todos modos, eso había sido estos días últimamente, si tuviera que definirlo, diría que son agotadores físicas y mentalmente. Tampoco es que me hayan dicho algo al respecto, siempre que le consultaba al Enfermero Choi o al Doctor Park, solían desviarse cuestionando como me encontraba.

No sabía que hora era, pero por lo nublado que estaba y por el sonido que venia de fuera, podía suponer que eran antes de las nueve de la mañana. Deseaba dormir más y simplemente estar básicamente desparramado todo el día en mi cama, más, sabía que no podía ya que tenia algunas cosas que hacer el día de hoy. Si no mal recordaba tenia una cita con el Doctor Song en la mañana, un poco pasado de las doce y más en la tarde tenia una visita de mis padres, así que no podía estar tirado, tendría que hacer un aseo personal, quizas recortarme mi cabello y rasurarme la barba que había dejado crecer, ordenar un poco el lugar o simplemente dejarlo como estaba, de todos modos solo eran ellos, no venia un rey o algo del estilo.

Decidi que era hora de comenzar el día, por lo que lentamente como solía serlo este ultimo mes, aprete con cuidado el cuerpo que estaba a mi costado. Últimamente Wooyoung ya no solía acostarse muy encima de mi como solía hacerlo, ahora recostaba con cuidado su cabeza en mi pecho, como si de esa forma se sintiera seguro de algo, con sus manos apretando mi torso y sus piernas enredadas sobre mi cadera. No había una forma exacta de despertarle, pero había mucha más confianza de la que yo esperaba, por lo que me aventuraba mucho más allá de simplemente apretar su nariz o susurrarle con cariño. Tendía a sostener su cadera o besar con tranquilidad sus regordetas mejillas.

De una u otra forma, eso le despertaba con un animo por los cielos y eso era mucho mejor que despertarle y que terminara con un humor bastante bajo. Eran pocas las veces que solía verle así, pero cuando lo hacía, era mejor no molestarle y simplemente esperar a que el mismo se acercara a saludar en el silencio. Por suerte, al parecer este día seria solamente uno más de aquellos días con buen animó, por que a los pocos segundos en los cuales acariciaba su caliente piel, el ya estaba frotando su mejilla sobre mi camisa polar, soltando pequeños suspiros calmados que me derretían por completo. Solo pude arrastrarme un poco para poder besar su frente con una pequeña sonrisa.

—Pica...— Su voz cansada fue lo que me hizo alejarme con cuidado, se removió unos segundos antes de subir su cabeza con cuidado, su mejilla estaba algo roja por haber pasado todas esas horas apoyado, tenia sus ojos un poco más achinados de lo normal, considerando que Wooyoung tenia unos ojos más grande de lo que un coreano podría tener. Quizas algunas personas podrían decir que ver a una persona recién despertada seria algo extraño o incluso desagradable o chistoso, pero para mi, verlo recién en la mañana era como consumir tres tipos diferentes de energizantes, algo que claramente nunca hice, pero se comprende mi punto de vista. Solo pude acercarme nuevamente, rosando con diversión mis labios sobre los suyos, escuchando como se quejaba. —¡San!.

𝘌𝘭 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘳𝘢𝘨𝘶𝘢𝘴 || WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora