25 de octubre del 2018Escuche lo que sucedió, y no puedo evitar sentir que esto fue mi culpa. Pero no te preocupes Sannie, tú chico del paraguas se encargara de tu libertad.
Hay un dicho que últimamente ha chocado mucho en mi, Dios aprieta, pero no ahoga. Aunque para mi aquello no tenia mucho sentido, sobre todo para mi persona. Yo me sentía ahogado, apretado en toda esta situación, sin obtener algún minuto para poder sentir tranquilidad. Sobre todo estos días en los cuales la tranquilidad era solo un deseo lejano, tanto para mi, como para el personal medico que se reunía de forma diaria. La situación era pesada para todos, y no puedo negar que desde que ocurrió el primer accidente, sentí algo de culpa por haber caído en lo que siempre me advirtieron. Después de todo, ellos durante estos meses me estuvieron comentando del peligro de mis emociones, de la extraña forma en la que ellas afectaban a mi enfermedad. Así que si, sin dudas la culpa recaía en mi persona por no haber logrado manejar mis emociones, permitiendo que ellas me manejaran a mi.
Habían pasado dos días desde la ultima vez que vi a Wooyoung, dos días que he estado en cama, solamente con la compañía de Yeosang, quien me ha estado cuidando entre charlas silenciosas. La luz ingresaba con fuerza por la ventana dejando en claro que eran pasadas las doce de la mañana. Era extraño, ya que solía despertar más temprano, pero estos días había estado despertando mucho más tarde, siendo mayormente sacudido para poder tomar mis medicamentos y volver a dormir. Tampoco es que fueran fechas importantes, por lo que no les tomaba demasiada importancia, más interesado en volver a perderme en mis sueños, quizas con aquella esperanza de poder ver a mi chico en ellos. Era casi una estupidez imaginar que eso podría llegar a ocurrir, pero no perdía la esperanza de poder sentir su calor aunque sea de forma soñadora.
No puedo negar que llevaba quizas unos minutos despierto, simplemente apretando con fuerza las mantas entre mis manos. El leve calor de los rayos del sol chocaban contra mi rostro descubierto, incluso en algo de mi cuerpo, obligándome a removerme en la incomodidad. Podía escuchar a mi costado el leve sonido de los palillos chocar, con el suave aroma de algo de comida que seguramente iba a mi persona, aunque sinceramente solo lograba quitarme el nulo apetito que tenía. Sabía que era mi mayor que esperaba en silencio para que yo intentara comer aunque sea un poco, pero siempre terminaba igual, entre el sonido de la televisión y mi cuerpo atrapado entre las mantas. Lo agradecía de corazón, después de todo muy pocas personas hacían eso por otras, pero no podía negar que me sentía un mal de que el estuviera descuidándose por mi.
Yeosang llevaba desde aquel día a mi lado, ayudándome a tomar mis medicamentos, cuidándome para ir al baño, e incluso para lo más simple que era cambiar mi pijama. Jamás dijo algo al respecto, simplemente comentando que lo hacía por que era mi amigo, y que no era una molestia cuidarme cuando estaba mal. Pero yo sabía en lo profundo de mi corazón, que el chico del paraguas tenia que ver un poco con su actitud, después de todo, Yeosang y yo aun no manteníamos una gran amistad. Éramos simples conocidos, que nos uníamos por que teníamos una similitud, Wooyoung era quien nos unía. No nos llevábamos mal, de hecho la pasaba muy bien a su lado, pero yo se que el no seria capaz de pasar dos días seguidos cuidando de mi por simple voluntad, después de todo el ya ha cuidado de mi en su trabajo, y esto no era muy diferente a los meses anteriores.
De todos modos lo agradecía, por que sin su compañía seguramente yo hace mucho me hubiera rendido. Me es difícil mantener mi cabeza en silencio, con aquella preocupación constante de lo que estaba pasando, con aquel miedo de que mi pareja estuviera solo y seguramente pasándola mal. Era horrible sentir como el tiempo iba más lento de lo normal, la forma tan dolorosa en la que mi pecho se apretaba por cada hora que pasaba. Sinceramente en este punto no sabía muy bien que hacer, de hecho, había decidido simplemente rendirme al respecto, más que nada para intentar no sobrecargarme con mis propias emociones; Mi cuerpo se removió entre la incomodidad, seguramente por haberme mantenido en la misma postura desde hace horas, pero sinceramente, tampoco tenia la intención de cambiar, después de todo, era la única forma para evitar a mi mayor.
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𝘌𝘭 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘳𝘢𝘨𝘶𝘢𝘴 || Woosan
Fanfic"El era como la lluvia, misterioso, caótico, divertido y melancólico. Con su sola presencia, hacia un caos en mi débil corazón, su forma de ver el mundo y de verme a mi, cautivaron el más profundo sentimiento de amor y libertad. El, era mi libertad...