𝐗𝐈

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4 de septiembre del 2018

Si pudiera elegir volver a un lugar, sería coincidir contigo nuevamente, en cada una de las 10 vidas que Dios nos otorga. Por que amarte, siempre será mi decisión más sublime.

Desde hace días comencé a comprender que las mañanas ya no serían tan cálidas como antes. Despertar era como estar en el mismo infierno, no había día que no despertara con algo nuevo e incomodó. Por suerte, la persona a mi lado, nunca se dio cuenta de eso, por que al final, yo no quería que nadie se enterara. Entre tantas cosas, era normal despertar por el sonido de unos pitidos golpear mis oídos, era normal despertar con mi nariz bañada en pequeñas gotas de sangre e incluso, la hinchazón era algo con lo que vivía a diario. Así que, podría catalogar que las mañanas no eran cálidas, eran frías y silenciosas.

Había noches en las cuales simplemente no podía conciliar el sueño, con el miedo de despertarme y sufrir las consecuencias de esta mortal enfermedad. Realmente no tengo mucha idea desde cuando las cosas habían empeorado tanto, al punto de que comenzaba a creer que ya no habría una solución para todo esto, resignándome a mi destino que había sido marcado desde que nací. Pero en cierto modo, no quería irme, aun deseaba luchar por alguna solución, por que aun tengo a quienes aferrarme en estos momentos. Wooyoung y Jongho son mis pilares, aquellos a quienes deseo demostrarles que realmente aún tengo ganas de conseguir la libertad con la que tanto eh soñado.

Hoy era simplemente una más de esos días, no había logrado dormir como debía, de hecho, pase mayormente la noche despierto, con mi mirada fija en la lluvia que caía fuera, observando de vez en cuando al chico que se abrazaba a mi o simplemente pasaba el tiempo con mis parpados cerrados unos segundos para conseguir un poco de descanso. No eran noches tranquilas, casi siempre no podía conciliar el sueño por algún dolor en mis tobillos o simplemente por que a mi corazón le ah dado por jugar a un maratón dentro mío. No era algo de que alarmarse, fue algo que ya sabía que podría suceder por los medicamentos que eh estado tomando e incluso por la misma enfermedad, simplemente no quería asimilar que desde ahora todo iba a cambiar.

Si me ponía a pensar, tener a Wooyoung era como tener un soporte, me aferraba a el cuando no podía soportar mucho, incluso aunque no podía verlo perfectamente, sabía que había algunos momentos donde estaba despierto. Lo sabía por el movimiento suave de su mano pasar por mi tórax, como si deseara quitar todo el malestar que suponía en esos momentos. El era especial, no tenia dudas de eso, era una persona a la cual deseaba conservar todo el tiempo de vida que tengo estimado. No quiero que sufra por mi culpa, pero tampoco soy alguien para pedirle que se vaya para no sufrir, por que el es inteligente y buscaría la forma de estar presente aún cuando yo no quisiera que lo estuviera.

De todos modos, pensar de esta forma no era lo mejor en estos momentos, no había dormido básicamente nada, me dolía de vez en cuando la cabeza y en algún momento podía jurar que mi corazón se acelero entre la tranquilidad y el sonido del viento. No quería realmente levantarme, me sentía con el cuerpo completamente cortado, solamente deseando pasar el día en cama y quizás simplemente disfrutar un poco del lugar, más, sabía que no podía soñar tan en grande ya que tenia una cita con el Doctor Kim ahora en la mañana y sinceramente ya la necesitaba demasiado, no era que me gustara mucho hablar, de hecho últimamente no era lo que menos quería hacer, pero de corazón, necesitaba desbordar un poco las cosas que me mantenian preso.

Simplemente suspire y quizás como todas las mañanas, comencé a trazar un suave camino de caricias sobre la espalda de mi acompañante, cálido como todas las mañanas, siempre con un sutil aroma a coco, que sin dudas era mi favorito. No me gustaba despertarle, de hecho, me gustaba más cuando el mismo lo hacía, con su mirada perdida en la nada antes de simplemente enterrarse unos minutos sobre mi cuello, pero habían días en los cuales debía de hacerlo, más que nada por que el mismo me lo pedía o simplemente por que yo tenia cosas que hacer por las mañanas. En este caso, era más por la segunda opción, por que sabía que las citas que tenia con mis médicos eran privadas.

𝘌𝘭 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘳𝘢𝘨𝘶𝘢𝘴 || WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora