Capítulo N°15

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En la nave de las Diamantes, se escuchaba un llanto desgarrador y se sentía un aura de profunda tristeza que puso a llorar a toda gema.

La voz pertenecía a Diamante Azul, que lloraba profundamente en su habitación la muerte de su hermana Rosa. Su perla quiso tranquilizarla, pero no pudo y fue expulsada de la habitación. Azul solo quería estar sola, porque los recuerdos de Rosa la atormentaban haciéndola sentir impotente y dolor, mucho dolor, por haberla perdido para siempre.

En la habitación de Diamante Amarillo, solo existía el silencio, un silencio incomodo, de duelo por el profundo de dolor que tenía Diamante Amarillo.

Amarillo estaba sentada con sus dos manos sosteniendo su cabeza, se sentía perdida, era un sentimiento peor a la derrota. Había pasado con Rosa miles de años, pero ahora ya no podrían estar juntas, su pequeña Rosa que alegra el día a todos, se había esfumado. Ella había sido quebrada por una de sus gemas.

Al recordar la noticia de la muerte de Diamante Rosa, Amarillo destrozó el trono en el que estaba sentada. Sabía muy bien que la destrucción no era un comportamiento adecuado para una Diamante, por lo que trató de tranquilizarse.

Diamante Amarillo recordó el deber de las Diamantes, miró sus manos y las apretó. No tenía que dejar que esto le afectara, por el bien de la Autoridad del Diamante, y salió de su habitación rumbo a la cabina de mando.

La llegada de las Diamantes al planeta Madre fue incomoda, pero fue el comienzo de la segunda Era, siendo el primer acontecimiento importante el aislamiento de Diamante Blanco.

Diamante RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora