Diamante Rojo

Capítulo N°19:

Era un día despejado en ciudad Playa, las olas golpeaban la arena periódicamente y las gaviotas volaban por los aires.

Cuando de repente se escuchó un gran grito en la Gran Rosquilla.

—¡Nooooou...! —.

El grito provenía de un niño, talvez tenía 14 años, aunque era un poco bajo para su edad, su contextura era ancha, pero se notaba que era gordo y su cabello era ondulado y esponjoso.

—¡Esto no puede estar pasando!¡Tiene que ser un sueño! —. Steven exclamaba mientras se tocaba la cabeza en negación, rápidamente se acercó a un chico alto y delgado que estaba empaquetando alimentos, a su lado está una chica de cabello rubio y piel blanca, tenía una estatura pequeña pero algo alta en comparación de Steven.

—Lars, Lars, por favor dime que estoy soñando — dijo el Steven agarrando la cintura de Lars.

Él no le dio mucha importancia a lo que decía Steven.

—Suéltame viejo, reponga mercancía —dijo Lars, para luego seguir caminando con una caja.

La chica rubia se llama Saide, quien, al ver a Steven tumbado en el suelo, se preocupó por él —Lo siento, Steven, creo que dejaron de fabricarla —.

—¡¿Dejaron de fabricarlas?!¿Porque rayos ellos dejaron de fabricar gato galletas? Sencillamente son los sándwiches de helados más exquisitos y delicioso del mundo ¡¿No tienen leyes contra eso?! —exclamó Steven, arrodillado en el suelo.

A la pregunta de Steven, Lars respondió —Lastima viejo, ya nadie las compra. Supongo que no podían competir con leones lamedores —. Pero Steven objeta diciendo —Ah, leones lamedores no. A nadie le gustan, ni si quieran parecen leones ¡Los chicos de ahora, no saben absolutamente nada! —. A Lars le pareció divertido lo que dijo Steven —Bueno, si tanto extrañas tu patético helado ¿Por qué no preparas un poco con tu ombligo mágico? — burlándose de Steven —¡No es así como funciona, Lars! ¿Cierto? — dijo Steven preguntándole a su gema, que estaba justo en su ombligo.

Steven ya resignado decide hablarle al congelador con cara de gato.

—¡Oh, dulces gato galletas! Gato galleta crujiendo por fuera y su cremoso helado por dentro, demasiado buenas para este mundo — Steven comenzó a dibujar la silueta de la cabeza de un gato y al finalizar su dibujo en el congelador lo besó.

Saide quien miró todo lo que hizo Steven, se le queda mirando por un rato — Ah, Steven ¿Quieres llevarte el congelador? —pregunta, al ver que Steven abrazaba al congelador, este solo pudo responder afirmativamente moviendo la cabeza arriba y hacia abajo mientras sus ojos se ponían llorosos.

Un Steven mas contento, pasea por la playa con un congelador de Gato Galleta en la espalda hacia su casa. Su hogar, esta insertado en un especie de templo-montaña con la imagen de una mujer guerrera de seis brazos en él, aunque esta estatua esta destruida por el tiempo, teniendo musgo y un faro encima de la cabeza.

Steven abre la puerta de su casa —¡Chicas, no van a creer esto! — cuando es asaltado por lo que parece ser un ciempiés ciclope, que trata de morderle la cabeza. Por suerte, Steven es capaz de agarrar sus mandíbulas para que no se lo coman, sin embargo, este cae al piso siendo eventualmente dominado por el monstruo. Entonces, un látigo sujetó el cuerpo del monstruo haciendo que este se retuerza y ya no luche con Steven, era Amatista, una chica de baja estatura de piel ciruela pálido y un largo cabello malva, vestía de un vestido morado con tonalidades oscuras y un pantalón negro con aberturas en forma de estrellas y zapatos blancos; ella saludó a Steven — ¿Qué pasa, Steven? — arrojando al ciempiés lejos.

Steven reacciona y se da cuenta que hay este tipo de monstruos por toda la casa.

Encima de un portal, estaba Perla, luchando con su lanza con tres monstruos, ella era muy refinada y hábil al enfrentar a los ciempiés. Ella tiene el cuerpo delgado y de piel blanca, su cabello es melocotón claro y tiene un nariz puntiaguda. Vestía de un top azul claro con una estrella amarrilla, polainas cortas de color rosa pálido bajo una falda de azul verdoso, también llevaba unos zapatos azules con calcetines verdes manzana.