Cap. 8: Río de Quietud.

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-"¡Jajajajaja!"

Se escuchaba la burlesca risa de aquella criatura ajena a ese mundo, flotaba mientras su único ojo observaba fijamente a todos los presentes allí en su guarida, su cuerpo triangular brillaba con un amarillo dorado mientras con sus manos gesticulaba en un intento por contener la gracia que le provocaba la situación que se le presentaba en aquel momento. ¿Y cómo no parecerle gracioso? Después de todo, aquellos insignificantes humanos intentaban oponer resistencia a su poder.

-"Esto es más que perfecto. Cerebritos, ¿sabían que el Zodiaco no funciona si solo algunos se toman de la mano? ¡Y mejor aún! Reunieron todas las amenazas a mi poder en un lugar. ¡Y es muy fácil destruirlas!"

Una ardiente onda de fuego recorrió los suelos incinerando las azules marcas del zodiaco que el señor Ford había dibujado previamente en el suelo, marcas con las que podrían realizar el ritual que les permitiría combatir a ese demonio dimensional, sin embargo el plan había fracasado.

-"¡Oh no!"

Dipper no sabía qué hacer en aquel momento, veía como el fuego consumía la que se suponía era la última oportunidad que tenían. En ese momento Pacífica notó que su pelo se había quemado un poco, algo que la alarmó bastante.

-"¡Ah! ¡Mi cabello!"

Lo apagó lo más rápido posible, priorizando aquello incluso por encima de la propia situación que se le presentaba, después de todo la vieja Pacífica era bastante vanidosa y superficial; curiosamente otro de los presentes, Robie, presentaba un problema similar con su propio cabello, aunque en su caso actuaba un poco más por el pánico de ver su negro pelo arder. Bill, aquel demonio de gran poder, atrapó entonces al señor Ford y al señor Stan, los tíos de Dipper y Mabel, dada la situación creía que tenía la victoria al alcance de la vista de su ojo.

-"Oigan. ¿Quieren ver qué pasa con sus amigos cuando no se llevan bien?"

-"¡Hey! ¡Bájalos ya!"

-"¡Has ido muy lejos Clave!"

-"¡Sí! ¡No te tenemos miedo!"

Hablaron el viejo Mc.Gucket, Guideon y Wendy, en ese orden, mientras la chica de rojos cabellos sacaba un hacha con clara intención de luchar. Todos los presentes no parecían haber perdido la esperanza a pesar de todo, podía verse el espíritu de lucha y resistencia en sus miradas, incluso la propia Pacífica se veía dispuesta a no ceder ni un paso aunque una criatura tan poderosa como Bill hubiera hecho estragos en el pueblo. Lamentablemente, las cosas no saldrían como nadie esperaba.

-"Pero deberían."

Dijo como una sentencia mientras la pupila de su único ojo se encogía y chasqueaba sus dedos. En ese momento los cuerpos de todos fueron inundados de una energía antinatural mientras sus miradas parecían haber perdido todo atisbo de conciencia propia. Pacífica no entendió que ocurrió, pero repentinamente se vio a sí misma atrapada en un vacío infinito, como si su mente hubiera sido arrancada de su cuerpo... La realidad, es que los cuerpos de los presentes levitaron y se transformaron en decoraciones para la guarida de Bill; como banderines colgantes, cada uno representaba una especie de macabro trofeo para el demonio. Los únicos que no habían sido transformados y afectados, habían sido justamente la familia Pines. ¿Por qué? Bill los necesitaba para obtener el secreto que le permitiría expandir su locura por todo el mundo.

La situación se complica mucho más, cuando los jóvenes son encerrados en una extraña prisión triangular de barras azules, la paciencia de Bill parecía decaer con cada segundo que pasaba y Mabel intentó rociar su ojo con un spray que guardaba entre sus ropas... Pero el recipiente se encontraba vacío.

-"Jeje... Upsi."

-"¡Ya es suficiente! Estoy cansado de ti Estrella Fugaz..."

-"¡Deja ir a los niños! ¡Ellos no tienen nada que ver con esto!"

Unidos en el UmbralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora