Cap. 15: Unidos en el Umbral.

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La calma de la noche se veía interrumpida por unos pasos apresurados que eran acompañados de inconsistentes sonidos provocados por una respiración agitada. Una mujer de largos cabellos dorados corría despavorida mientras se sentía invadida por un horror y desconcierto abrumador. Se sentía bajo contante observación y no importaba hacia qué dirección mirase en aquellas oscuras calles, era como si algo estuviese siempre allí aunque no lo pudiese ver; por si fuera poco, el sonido de incomprensibles voces taladraban fuertemente en su cabeza. Entre aquellas voces, podía distinguir lo que parecían ser palabras que le hablaban en un idioma desconocido, así como risas burlescas y solo de vez en cuando, palabras en su propio idioma que le recordaban una y otra vez que era un monstruo inhumano.

Era doloroso y confuso, en cualquier momento su cabeza podría explotar, podría enloquecer si seguía así… ¿Qué le estaba pasando? Aquello ya no era nada normal, ya desde antes había estado teniendo extrañas sensaciones similares, pero siempre había logrado ignorarlas y nunca le habían invadido con tanta intensidad.

-“¡¡¡Pacífica!!!”

Por supuesto, la voz preocupada que gritaba su nombre y que parecía estar corriendo detrás de él no la ayudaba en absoluto. Una parte de su interior se preguntaba sobre por qué huía de él, mientras que la otra parte se respondía a sí misma; ella era una aberración y fue por ella que todo se fue al cuerno, ella era la causa y el motivo de todo, su muerte dio lugar a que aquel muchacho que ella tanto quería se separara de ella durante años en malos términos, aunque solo había sido una excusa para poder buscar una manera de ayudarla.

Dipper corría en pijama y descalzo detrás de aquella mujer, no le importaba en absoluto la oscuridad de la noche, no le importaba la incomodidad que sentía en la planta de sus pies al pisar fuerte en las superficies desniveladas del suelo; todo le resultaba irrelevante pues para él aquella mujer era su prioridad. Era inevitable que se preocupara por ella dada la situación, de alguna forma que todavía no comprende del todo debido a lo apresurado que transcurrieron los últimos hechos, ahora ella había descubierto la verdad de hace muchos años tras leer su primer Diario de Investigación. Básicamente y en palabras simples, ella descubrió que murió y regresó a la vida por obra de alguna entidad ajena a ese mundo… Definitivamente eso crearía un pequeño trauma en cualquiera por lo perturbador que podría llegar a sonar.

La persecución concluyó cuando aquella mujer se adentró en su huida en el interior de un oscuro callejón que aparentemente no tenía salida alguna. El sitio estaba sucio, de hecho había un pequeño basurero en uno de los rincones muy cerca de la salida trasera de un edificio, y sobre dicha puerta de salida había una pequeña lámpara apagada pues la bombilla lucía bastante agrietada. Una mohosa y alta cerca fabricada con tablones de madera era lo que cortaba el paso, a su lado habían amontonados varas cajas de pizza vacía, en algunas de ella era posible ver la grasa seca que se había quedado impregnada de la comida que una vez contuvieron. Al darse cuenta que se encontraba sin posibilidad de seguir huyendo, se dispuso a devolverse para seguir corriendo por otro camino, lo único que quería era huir de todo, sobre todo huir de aquellas voces y de aquel joven que le perseguía… Desafortunadamente al darse la vuelta se topó con un fuerte abrazo que le tomó desprevenida, ella temblaba y estaba claramente asustada, pero de alguna manera ver aquella corta y desordenada cabellera castaña rodeándole en un cálido abrazo le provocó un inmenso alivio a pesar de todo.

-“Paz, estoy aquí, estoy aquí contigo, no te voy a dejar sola. Lo siento, es mi culpa, sabía que no podría esconderte eternamente esto.”

La voz tranquilizadora de Dipper, más que ayudarla, solamente le hizo sentir extraña de un momento a otro. Al darse cuenta ya ni siquiera se encontraba siendo abrazada por el joven, de hecho se veía a sí misma en aquel callejón junto al chico, pero no de la manera que ella esperaba. Aquella versión siniestra de sí misma mostró una mueca desquiciada en su rostro, acercándose al joven con un aire seductor y algo perverso; Pacífica se horrorizó aún más de lo que ya estaba cuando, estando lo suficientemente cerca del chico, aquella versión de sí misma sacó una especie de daga de entre sus ropas, con la cual apuñaló brutalmente al joven Pines justo en medio del pecho. Dipper gritaba mientras caía al suelo mientras Pacifica llevó sus manos a su boca intentando contener un fuerte grito, quiso ir a ayudar pero su cuerpo se mantuvo inmóvil, congelado y sumergido en el miedo más profundo… Aquella versión cruel y malvada de Pacífica se montó sobre el joven de castaños cabellos, acto seguido comenzó a apuñalar al chico una y otra vez, cada vez con mayor fuerza creando una sangrienta y repulsiva masacre que no tardaría en arrebatarle la vida dejándolo como un cadáver casi irreconocible pues incluso su rostro fue desfigurado por el asesino ensañamiento inmisericorde.

Unidos en el UmbralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora