"Siempre voy a estar aquí contigo, formaré parte de ti así que no me olvides."
Pero no puedes soltar, quemar ni deshacer el corazón en papel que formó parte de una gran historia.
🎐Historia 100% mía no acepto copias ni adaptaciones sin mi consentim...
Cuando abrió los ojos, una luz blanca lo cegó. Frunció el ceño y, poco a poco, llevó las manos a su rostro, suspirando suavemente al enfocarse y darse cuenta de que otra vez estaba en el hospital.
—Hola, Jimin...—lo saludó Taemin con una sonrisa.
—¿Qué ocurrió?—preguntó intrigado.
—Te desmayaste, pero afortunadamente estás bien—Lee guardó silencio unos segundos y luego chasqueó los labios—¿qué pasó? Te escuchabas muy alterado.
—Rompí mi compromiso de matrimonio—dijo el bailarín mirando al techo—hice lo correcto, lo que siempre debí hacer.
—Sigo insistiendo en que no fue una gran idea...
Jungkook hubiera movido montañas para ver feliz a su futuro esposo, pero Jimin debía renunciar a él. Si seguían juntos, se destrozarían, ya que cada día el corazón del castaño latía con menos fuerza. Park quería que viviera lejos y encontrara una nueva vida con alguien más, no deseaba que estuviera el resto de los días en el hospital viéndolo morir lentamente.
—Buenos días, señor Park Jimin, y médico Taemin, ¿están listos para seguir con el tratamiento?—preguntó Kwon Mikwho.
—Buenos días, doctor. Todo está listo—Lee miró al bailarín, quien asintió.
Jimin debía acostumbrarse a que esto sería su rutina. Como siempre, lo llevaron a la habitación y, cuando todo concluyó, Taemin lo observó.
—Si les vas a decir a tus padres, te recomiendo que lo hagamos cuanto antes—mencionó Lee.
Ambos alistaron lo indispensable, y en ese momento el doctor Mikwho ingresó curioso.
—¿Van a algún lado?
—Iré por mis cosas a casa—respondió Jimin sonriendo.
—Ya veo, antes de que se vaya, quería decirle algo...—mencionó Kwon, colocando su mano sobre el hombro de Jimin—seguimos buscando un donante de corazón, pero no hay nadie. Metí una solicitud en un sitio donde espero tener una pronta respuesta. Aun así, le recomiendo que disfrute este día con su familia. No sabemos en qué momento puede ocurrir lo peor.
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—Gracias—murmuró Park con un hilo de voz.
Finalmente, los dos hombres salieron del hospital, viajaron en el Tesla negro hasta la casa de Jimin y bajaron, pero el castaño se quedó quieto en la puerta.
—¿Estás bien?—preguntó Lee, ladeando suavemente la cabeza.
El bailarín no respondió, miró al cielo y suspiró suavemente. Con cuidado, Taemin sujetó su mano.
—Vamos, tú puedes—le animó.
Finalmente, Park abrió la puerta sin soltar a su doctor y entró en silencio, se topó a su madre y padre preocupados.
