Un cachorro Cap. 39

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El canto de los grillos se escuchaba a lo lejos. Una suave ráfaga de viento golpeó su espalda, provocándole un escalofrío. Jeon Jiwoo sacó el cigarrillo de sus labios y exhaló el humo, sintiéndose menos estresado. Poco después, bebió el whisky servido en su vaso de cristal. Esto lo estaba matando; detestaba pensar en los problemas que lo acosaban.

—Maldita sea... —murmuró con fastidio.

De pronto, su teléfono comenzó a sonar. Sabía quién llamaba. Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie lo observaba y contestó.

—Espero que seas consciente de la hora que es —dijo molesto.

—Solo quería saber cómo estabas —respondió una voz gentil al otro lado—. Hace tiempo que no nos vemos.

—Te dije que no me llamaras —gruñó entre dientes—. ¿Qué te hace pensar que quiero verte?

Hubo un silencio lleno de tensión. Jiwoo tragó saliva nervioso y luego escuchó una respuesta.

—Entonces... lamento haberte molestado esta noche. Te escuchas cansado y estresado —dijo el hombre—. Estaba preocupado por ti. Lo que sucedió recientemente en la fiscalía me desconcertó mucho.

—¿Creíste que por ser mi amante tendrías todo tan fácil? Eso era lo que buscabas, ¿no? Poder —dijo enojado.

—¡Lo que buscaba en ti era amor y comprensión, Jiwoo! —levantó la voz el chico—. No buscaba poder ni dinero, simplemente... mierda eres tan atractivo que no puedo evitar pensar en ti.

Cuando el fiscal escuchó eso, sintió su corazón acelerarse.

—Pero entiendo tu postura, así que no te preocupes, ya no volverás a saber de mí —musitó el chico con una voz llena de emociones encontradas—. Por favor, cuídate y sé más comprensivo con tu hijo. Detente a ver el mundo. Deja de ser tan egoísta y pensar que todos tienen los mismos objetivos que tú. Te amo, Jiwoo. Consideré nuestra relación única, pero no podemos estar juntos porque el amor entre dos hombres como tú y yo sigue siendo mal visto a tus ojos. Para ti, el poder es más importante que ser feliz.

Jeon se quedó sin palabras, sus ojos se llenaron de lágrimas y abrió la boca para hablar, pero el teléfono sonó anunciando que la llamada había terminado. El fiscal apretó su mano, controló sus emociones y evitó que las lágrimas salieran. Suspiró suavemente, apoyando la cabeza en el respaldo del asiento.

Aún recordaba cómo, bajo la lluvia artificial de la regadera, lloraba abrazando sus piernas, rogándole a Dios que le quitara esa "enfermedad". No quería ser así; le suplicó con dolor, pero al no recibir respuesta, se resignó a evitar los encuentros donde su corazón pudiera ser feliz. Eligió derecho cuando su sueño frustrado era ser un gran pintor.

Todo había sido su culpa. Por eso nunca dejaría de molestar a Jungkook. Porque de alguna manera, le recordaba al Jiwoo de antes, con esperanzas y felicidad en sus manos.

 Porque de alguna manera, le recordaba al Jiwoo de antes, con esperanzas y felicidad en sus manos

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🫀𝒞𝑜𝓇𝒶𝓏ó𝓃 𝑒𝓃 𝒫𝒶𝓅𝑒𝓁 •'📜 "ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora