Me Convertí En El Prometido De Un Dragón De Fantasía Romántica

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14 - Baile (4)

[POV de Adilun]

Frente a mí, dos personas bailaban. La apariencia de la princesa Lobelia y Physis bailando y hablando entre ellos en la música tranquila era diferente de antes, era tan hermosa que cualquiera quedaría hipnotizado.

Mientras su preciosa melena rubia ondeaba tranquilamente, la admiración surgía de todos los que la rodeaban.

Incluso para mí, una mujer como ella era demasiado hermosa.

Ahora que lo pienso, desde que era pequeño he oído cumplidos sobre la belleza de la princesa Lobelia. Como dice el refrán, verla a ella y a Physis bailando juntas ahora era hermoso en sí mismo, independientemente de si bailaban bien o no.

Sin embargo, no es que Physis fuera menos en cuanto a apariencia y belleza: pelo negro pulcramente peinado y un rostro raramente seductor.

Verlo de pie junto a la princesa Lobelia, que por sí sola hacía sonrojar el rostro de muchas jóvenes, me hizo sentir mucha lástima.

Me toqué suavemente la piel.

Escamas suaves, de un blanco azulado que en absoluto podía llamarse piel humana. Empecé a odiar mi aspecto, que algunos admiraban porque era de sangre de dragón, mientras que otros me condenaban como un monstruo horrendo.

Es un cuerpo heredado de mis padres, y el orgullo que heredé de la leyenda de mis antepasados se derrumbó poco a poco.

De hecho, ni siquiera quería esto. Lo que yo esperaba no era una leyenda grandiosa, era la normalidad. Simplemente una vida normal con una apariencia normal, conocer a otras personas, hablar con ellas... cosas así.

Anhelaba el tipo de normalidad que era imposible para mí. Así que cada vez que veía la escena delante de mis ojos, me sentía amargado, porque esta gente puede hacer cosas que son imposibles para mí.

El baile llega a su fin antes de que me diera cuenta, y mientras esa hermosa danza entre esos dos llega poco a poco a su fin, de repente, susurran una palabra y se sonríen el uno al otro.

Me quedé momentáneamente sin aliento. Ni siquiera sé por qué siento esto. Sin embargo, lo que ahora se apodera de mi corazón puede ciertamente llamarse miseria.

Sí, me sentía miserable.

Odiaba ver a mi prometido, que no se llevaba bien conmigo, y a la princesa Lobelia intercambiando sonrisas entre ellos. Pero no eran celos, eso era seguro.

Era el prometido que yo odiaba en primer lugar. Y ni siquiera era un compromiso concluido por mi voluntad. Pero aun así, no podía evitar sentirme desdichada cuando veía a ese hombre tan apuesto y a esa mujer tan hermosa llevarse tan bien.

Mirando a las dos personas que creaban una figura imposible para mí, no podía dejar de anhelar y sentirme despreciada.

Era un sonido que nunca había oído antes cuando Physis y yo estábamos bailando allí. Era el sonido que me decía, la persona "yo" ni siquiera es aceptada como persona.

De repente recordé la voz de ciertos aristócratas que antes había ignorado a la fuerza.

'Mira esas escamas y los cuernos en su cabeza... ¿no se parecen a los de un monstruo?'

'El príncipe Ortaire es realmente lamentable. Parece tan guapo, pero tiene que casarse con semejante monstruo por culpa de un matrimonio concertado. ¿Viste la sonrisa forzada que tenía antes? Me da mucha pena".

Antes fingí no oírlas y me limité a ignorarlas, pero esas palabras se me clavaron en el corazón. Sí, un monstruo...

No soy ni humano ni animal, sino un monstruo. Incluso si logro algo, no será un logro para que nadie se maraville, sólo será el acto monstruoso de un monstruo.