Se le antojó dulce aquel sueño que tuvo (aunque ya lo haya olvidado), y quisiera volver a tenerlo; pero el sonido de su alarma (melodiosa canción de MF DOOM), le muestra que todo intento por dormir ya ha quedado atrás. Es hora de empezar el día.
Su cuarto es oscuro y no puede ni ver dónde dejó la ropa ayer, por lo que quita la cortina y abre la ventana para aclarar ese panorama con el brillar del nuevo día.
***
Dulce mar de olas multicolor. Gran océano de mareas cambiantes y espuma presurosa. Todo aquel cuadro que se pinta delante de él está cambiando constantemente, y se encuentra a esas tempranas horas en su tinte azul con contraste naranja. Es la muestra de la paz y el renacer.
Cuánto quisiera Damián seguir viendo todo ese cielo tan bonito y reciente que se muestra ante sus ojos...
—¡Ponte a comer ya, Damián! —le exclama Magnolia, ya apresurada en ir a la escuela.
De nuevo es regresado al mundo y sigue comiendo, con apresurado movimiento y ya sin poder contemplar la escena que nace a los ojos de todo el mundo. Todo ese brillo que despliega el sol le causa una gran satisfacción al chico de pelos rebeldes. No puede sino sonreír al sentir su leve y mágico tacto.
***
El sueño domina al pobre chico de aspecto asiático. Bosteza y se muestra ansioso de volver al sueño, al cálido abrazar de la cama. Incluso se cambia algo lento. Es uno de esos días que parecen prometedores para todos, y hasta el aire camina por ahí animado; pero a Teodoro le da igual y preferiría seguir echando la hueva.
Teodoro hacía mucho que no veía lo flaco que era el cuerpo suyo. Pasándose los pantalones por las piernas, y tocando la carne de sus piernas de pollo, siente que apenas habrá carne dentro de sí como para diferenciar la carne del hueso. “¿Cómo me irá en deportes estando así?”. Se pregunta con esa curiosidad que aún conserva de niño. “¿Alguna mujer me querrá estando así?”
***
Íker fuma de su cigarro después de haberse cambiado. Su madre sigue durmiendo por la borrachera que se agarró ayer. Baja una escalera, se come un sándwich que ya estaba en el refrigerador, agarra su bicicleta que estaba por ahí y sale por fin de la casa y muestra al público lo mucho que disfruta de su pedazo de tabaco.
Pero antes de poder empezar a pedalear su bicicleta, oye la voz de aquel muchacho Serafín. Lo que más le sorprende es que haya traído su propia bici, pues el rubio ya creía que seguía en el taller.
Cambian mirada y mirada, silencio por silencio, y se van de ahí.
***
Tres chicos descansaban en la acera de enfrente de la escuela. Ya habían llegado muchos, pero ellos tres aún no se sentían con ganas de entrar.
—Ando nervioso —dice Cristian, denotando algo de miedo en su mirada.
—Tú ni te preocupes —dice Damián más tranquilo y alegre—. Nomás hoy vas a andar nervioso y ya después estarás acostumbrado.
—Concuerdo —dijo Octavio, pareciendo más imponente que ellos dos y demostrando más seriedad.
Finalmente se levantó ese trío. Les comenzaba a todos una aventura adentro de las instalaciones.
No cabía duda de que ese día, que apenas florecía, estaba siendo uno bueno.
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Relatos de la juventud moderna
Historia Corta(Créditos de la portada: @fiore0217) Una antología sobre la adolescencia en estos tiempos modernos, en los que cosas como las adicciones o las redes sociales han cambiado mucho a los jóvenes. Aborda temas como la soledad, la juventud, la orientació...