8. cachorro

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"Deja de llorar Enzo, no fue para tanto" Matías le dice, su voz baja, se sienta en la esquina del colchón de su hotel, a su lado, acariciando su muslo con su pulgar.

Enzo no dice nada, doblándose sobre si mismo, no quiere hablar con Matías, ni con nadie, quiere encerrarse solo, para que nadie vea en lo que se ha convertido.

La sangre en su labio ya está seca, el sabor a hierro en su lengua, esto era lo que era, no podía pensar en gritarle, en atacar, o en decir algo porque era su culpa.

Lo había pedido, lo había conseguido.

"Lo siento" Las palabras de Matías llegan a su cerebro cubiertas de miel, lentas, al principio no las cree y un escalofrío le recorre el cuerpo "Nunca quiero hacerlo, pero tú lo pediste"

¿Cuántas veces lo había pedido?

¿O acaso todas las veces lo había hecho?

Se acurruca más cerca del marco de la cama, la mano de Matías descansa en su muslo, dónde la mano de Blas había estado antes, Matías se pellizca la nariz, suspirando "Puedo hacer lo que quieras si tú me lo pides Enzo"

Enzo clava sus uñas en sus manos, las medialunas en sus palmas sangrando, quiere pedir tantas cosas, rogarle que se detuviera, pero solo dice una palabra "Quédate"

"Lo haré, serás el único" Matías se acuesta sobre sus piernas, su cabeza reposando cerca de su estómago, Enzo acaricia los mechones de cabello castaño.

"Prometemelo, decime que seré el único" Su voz se quiebra, las lágrimas deslizándose por sus mejillas, Matías es capaz de muchas cosas y espera que una de ellas sea cambiar por el.

"Lo serás, el único" Matías lo mira desde donde está, su cara está a la altura de estómago, y su mano sigue enredada en su cabello "El único que amo"

Enzo asiente, fervientemente, quiere estar con él, como el aire que respira, no puede imaginarse separarse de él, aunque una parte de él todavía añora el toque de Sofía.

Matías puede ser Sofía si se esfuerza lo suficiente. Puede hacerlo, puede convertirlo en eso.

Enzo enrolla sus piernas alrededor de Matías, buscando su cuello, su olor, un lugar donde ahogar sus lágrimas, Matías parece entenderlo y lo abraza, fuerte, sus brazos rodeando su abdomen.

Respira fuertemente el olor a Matías, ahogándose en sus feromonas y se siente inmediatamente más relajado, su mente divagando en el fuerte aroma a alfa que gira a su alrededor.

Piensa que si logra que esto se repita, si logra ser lo suficientemente bueno como para que Matías tenga la seguridad de abrazarlo y dormitar en sus brazos, estarán bien.

"Hueles más dulce" Matías susurra, sobre su cabello, sus brazos abrazando su cintura, Enzo sobre su nariz, ahogando el sollozo que se acumula en su garganta.

"¿Te gusta?"

"Me gusta todo de ti"

Matías besa su frente, sus enormes ojos miel mirando los confines de su alma, Enzo se acurruca más cerca, sus extremidades enredadas y sus corazones latiendo al mismo tiempo.

Los próximos días en Montevideo son una neblina confusa, duerme todo el tiempo, un cansancio abrumador que taladra hasta sus huesos, y se dedica a acompañar a Matías a dónde quiera, siempre detrás.

Un día, muy cerca del fin de su descanso lo lleva en su auto alquilado al barrio de su infancia, reconoce las calles, las farolas y hasta a personas, hasta que estaciona frente a su casa.

"¿Cómo supiste que quería venir acá Matías?" Le grita, en total euforia, el sueño que había tenido se sacude fuera de su cuerpo con la energía, Matías lo besa en la mejilla, uno de sus brazos alrededor de su cuello.

"Aníbal me lo dijo, está feliz por qué te hayas juntado, Viviana también, Angel, todos" Matías le susurra, y le da otro beso en la mejilla, Enzo ronronea y caminan hacia la entrada con el brazo de Matías en su cintura.

Cuando entra, el olor a hogar asalta su nariz, su madre sale corriendo de la cocina, abrazándolo y su padre se suma al abrazo desde atrás, ambos perfumando a su hijo.

"Mi niño, ya estás tan grande y tan delgado ¿Te va bien en la película? ¿Tienes hambre? Te hice tu comida favorita" Su madre balbucea, yendo de un lado a otro, abrazándolo y tomándolo por la cara.

"Te extrañe" Enzo la abraza, y por un lado del cabello de su madre ve la cara de Matías detrás, cruzado de brazos y con los labios fruncidos.

"Mamá, papá, este es Matías mi alfa" Admite, sonrojandose como un niño, se desliza fuera del brazo de su madre y se dirige a Matías, olfateando su cuello.

El resto del día es tranquilo, Ángel lo abraza, emocionado y Viviana casi llora al verlo y Enzo cree que le gustaría tener una familia así.

Una pequeña familia con Matías, con cachorros corriendo entre sus piernas y cocinando el almuerzo cada sábado para su familia.

"Se lo que ocultas" Le dice su madre, cuando está en la cocina ayudándole a lavar los platos, se supone que son las tareas de un omega, sus futuras tareas.

"¿De que hablas mamá?"

"Están esperando un cachorro ¿Cuando planeabas decirme?"

Su madre pone una mano en su hombro y siente las lágrimas acumularse en las esquinas de sus ojos.

"Tengo que decirle primero a Matías"

nueva ciudad | matienzo (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora