9.- Alnilam

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ALE

Eres como una estrella,
un ser tan valioso,
que no puede poseerse.


—Bien, la razón por la que le pedí venir es, está, su hijo tiene un nivel de aprendizaje muy bajo, necesito que de lo mejor de él, si no lo hace tendré que hacer que repita el año de curso —le explicó el Profesor a mi madre, en cambio yo tenía la mirada perdida.

—Se que no le agrada esto —dijo mi madre—. Pero no puedo hacer nada.

Hablaron un montón de chorradas, y estaba ahi, siendo testigo, de cómo hablaban de mi, como si yo no estuviera, metí las manos en los bolsillos de mi pantalón, mi mirada se cruzó con la de Dylan, quién al instante supo lo que pasaba, la aparte y busque a Kim.

Ella me mataría, lo haría si se enteraba de lo que estaba pasando.

—Es que, lo que hace no está bien ¿Como es posible que usted acepte a su hijo como un delincuente?

Eso fue lo que me cayó como un balde de agua fría ¿Quien era este para criticar?

—Lo que haga o no —sone tajante—. No es de su incumbencia, es mi vida.

—No puedes hacer eso.

—Claro que puedo querido Profesor, es mi vida y yo hago lo que yo quiera.

—No, vienes aquí para asegurarnos de que lleves una vida digna

—No me salga con sus chorradas —dije interrumpiéndolo—. La escuela solo es una perdida de tiempo.

Y ahí empezó a soltarme un sermón sobre la educación y no se que tanta cosa.

Al final me harté, le mente la madre, de la peor manera.

—Sabe que, lo dejo, no quiero seguir perdiendo mi tiempo, en algo que no me va a servir —dije entrando al salón.

Tome mis cosas.

Mi mirada se encontro con la de Kim, quien me preguntó con la mirada «¿Que sucede?». Negué «Lo siento». Quise decirle, me pasé la mano por el cabello y salí del salón con un nudo en la garganta.

Mire a mi madre quien, se dirigió a la dirección por mi documentación, di un paseo por todo el plantel.

Varios recuerdos invadieron mi mente, conocer a Dylan, un gran amigo. Ver la cancha y recordar las veces que había jugado el fútbol. Recordar esa vez que le pegue a Kim con la pelota de fútbol, desde ese día todo cambió. Sabía que eso jamás me lo perdonaría, aunque eso hizo que nos llevábamos bien.

Ver la biblioteca donde nos reunimos para hacer las tareas, recordar ese día, ese día en el que me encontraba perdido, sentir como se acercaba para pedirme hacer la tarea conmigo.

En ese entonces le dije que si, por qué quería conseguir pasar un rato de entretenimiento, aunque todo cambió al ver su sonrisa, ver como se le iluminada el rostro, al ver un libro que le llamaba la atención y la enganchaba de una manera alucinante.

Ella era la única por la que yo podía ser quien quisiera sin remordimientos, podía contarle todo lo que me carcomía por dentro, después ella me abrazaba, cuando  me veia recuperado, después de soltar mis penas, me regalaba una hermosa sonrisa para después soltar uno de sus chistes malos.

En fin, ella era caótica y bonita al mismo tiempo.

Un mar de tempestades, pero también un mundo de colores.

Era una mezcla de negro y rosa, aunque el rosa es el que ocupaba un gran lugar.

Ella era el sol y yo la luna

Ella era el día y yo la noche.

Ella era… todo lo que yo no podía poseer.

NO DEJES QUE APAGUEN TUS SUEÑOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora