17.- Natasha

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ALE

12 de julio del 2022

Llegará el momento
en el que llegarás
a ser como una estrella.

De pronto, los días empezaron a pasar, Kim logro obtener el certificado de secundaria, me sentía feliz por ella.

Hoy lo celebraríamos, ya que no iba a tener una graduación como hace tres años, cuando el profesor les enseñaba el vals, los alumnos decidirían que color seria su traje, como estaría decorada la sala de actos, entre otras cosas.

Me siento en el suelo, el viento sopla con fuerza, lo cual hace que las flores de la Jararanda caigan y conviertan el suelo color café, en un suelo color morado, pongo musica en mi móvil, lo dejo encima del regalo de Kim, saco la manta de cuadritos y la comida que tanto le gusta, lo acomodo todo y me siento en el lado que me pertenece.

La espero mientras pasa el tiempo, me alarmó la darme cuenta que ya ha pasado una hora de lo acordado, me levanto de golpe.

La veo, cuando giro para tomar la mochila, tiene un vestido color rosa como las flores de un cerezo. Me quedo quieto al ver su rostro sin brillo, tiene los labios hinchados, las mejillas húmedas y sus ojos… sus ojos estan tan rojos de tanto llorar.

Espero que no sea por culpa de mis estupideces.

Me acerco a ella y la rodeo con mis brazos, ella me abraza empiezan a llorar, la consuelo, ella llora, lo cual hace que mi corazón se haga en añicos.

—¿Que pasa, Kim? —pregunto acariciando su espalda.

—Nunca voy a conseguir lo que quiero, Ale —dice entre sollozos, lo cual hace que se me vaya el oxígeno de los pulmones.

—Claro que lo harás —susurro abrazándola con fuerza.

—No, no lo haré —empieza a hipar—. No lo haré, papá a contraído la enfermedad, y sabes que la medicación es cara.

Su dolor se incrusta en mi, no quiero que sufra, pero esto tenía que pasar, nadie se salvará de esta enfermedad, ni siquiera la persona más bondadosa.

—Tranquila Kim, esto pasará, cumplirás lo que tanto has deseado —tomo su rostro haciendo que su mirada esté en mi—. Algún día volveremos a soñar.

Ella tiene los labios entreabiertos, y yo, yo quiero besarla, quiero sentir sus labios sobre los mios, quiero saber cuál es su sabor, quiero saber que hay detrás de ella.

Ma Cheire —susurro apoyando mi frente en la de ella—. Todo estará bien.

Kim me abraza aferrándose a mi, como si este fuera él último día, yo la abrazo haciéndola sentir lo contrario, por qué no pienso alejarla de mi.

—¿Comemos? —pregunto nervioso.

—Claro —susurra con una voz dulce y tranquila.

Comemos en silencio, solo se oye el canto de los pájaros, el sonido del aire y la canción de Night changes de One Direction.

Veo como de pronto la tristeza se va, haciendo que una sonrisa se dibujé en su rostro, lo cual hace que yo también dibujé una sonrisa tonta.

Joder, me siento como un niñato mimado.

—¿Aún no encuentras inspiración para el libro? —pregunto rompiendo el silencio.

Por qué en estos momentos, me dan ganas de romper las reglas que me puse.

—No, aún no —lleva una fresa a su boca y yo desvío mi mirada por qué no quiero imaginar incuerencias.

—Pero… lo harás ¿Cierto?

Asiente mirándome a los ojos.

—Y tu me acompañarás a mí primera gira ¿Cierto?

Tomó su menique con el mío.

—Claro que iré contigo Kim.

—Hasta la luna —dice acariciando mi mejilla.

—El infinito —digo dibujando una sonrisa.

—Y más allá —decimos al unísono.

—Pero para eso. ¿Que hay que hacer?.

—Vivir —dice entrecerrando los ojos.

—No Kim, eso no —acaricio su mejilla—. Para eso…

Contemplo su rostro, mientras espero a que recuerde esa frase, pero no lo recuerda o eso creo, ella empieza a sentirse confundida.

—Para eso Kim —lleno mis pulmones de aire—. Lasciarlo andare.

NO DEJES QUE APAGUEN TUS SUEÑOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora