Capítulo 4: "El Recuerdo"

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Desperté en una camilla lleno de tubos conectados a mi cuerpo, una máquina que emitía un pitido a cada momento, de pronto noto a una mujer de espaldas anotando algo, con pocas fuerzas traté de articular palabras pero no me salían, sin embargo, mientras balbuceaba llame su atención y al verme se sorprendió y se me acercó, tocó mi frente, vio la máquina y me dijo que volvería en seguida, para irse rápidamente de la habitación. Al cabo de unos minutos regresó con otro hombre de vestido de blanco el cual al verme me examinó los ojos con una luz y la lengua con un palo, posteriormente me dijo que me encontraba bien y solo habia sido una baja de azúcar lo que hizo que perdiera la consciencia, pero al tratar de hablar note que no podía hacerlo aún y sentía la lengua dormida, a lo que me dijo que era raro y que me harían más exámenes hasta entonces debía quedarme en el hospital, trate de articular palabras para preguntar cuánto tiempo llevaba ahí y a duras penas me entendieron a lo que respondió que llevaba 5 días.

(5 días atrás... en New York, USA.)

Hoy es un día importante pues viene todo el consejo de Salud de la Organización Mundial de Salud al hospital donde trabajo, y debo exponer sobre el índice de enfermedades controladas actualmente, lo cual de ser un éxito me acercaría a la posibilidad de irme a Europa para tener una nueva experiencia. Ha de ser está emoción humana la que me ha mantenido despierta toda la noche, a pesar de que el creador me dijo que no me aferrara a lo material humano, es difícil no sentir emoción ante un reconocimiento de tal magnitud, además llevar tanto tiempo en un cuerpo humano hace que las costumbres de estos se contagien; mientras me preparaba el desayuno ví el reloj de reojo el cual marcaba las 06:20 A.M. lo que significa que aún me queda 1 hora y media antes de llegar al trabajo, le di comida a Canela mi perrita, la adopte hace un par de días, estaba abandonada en la calle y no pude evitar ayudarla, por lo que aquí está y a pesar de que tenía algunas enfermedades, con mi don logré sanarla temporalmente, por otro lado tenía que preparar mi discurso y lo que voy a usar para esa ocasión, algo formal pero no muy anticuada, algo sutil.

De pronto siento que alguien toca la puerta, al abrir el chico que reparte los periódicos en el edificio, el cual al verme queda un tanto descolocado dado que no estaba muy presentable, pero apenas tomé el papel, le agradecí y cerré la puerta, bastante simpático pero muy despistado, varios residentes han reclamado que reciben los encargos cambiados, pero yo defiendo al chico dado que es joven y debe aprender mucho todavía. Tras eso prendo el televisor y en las noticias aparece un reportaje de gente viviendo en precarias condiciones en la ciudad, algo que me detiene para contemplar como el humano ha podido llegar a dividirse tanto en clases sociales, siendo que todos provienen del mismo origen, a pesar de ello traté de no darle tantas vueltas al asunto. Mientras terminaba de maquillarme sentí golpear la puerta otra vez, pensé que era el chico por lo que ignoré, no obstante, volvieron a tocar con bastante insistencia, lo que me obligó a abrir, al hacerlo era Azrael, quien venia a visitarme en su forma humana.

-¿Cómo estás linda?-
-Bastante bien, emocionada la verdad-
-¿En serio? Y dime...¿Por qué tan emocionada?- preguntó mientras se sentaba en el sofá y cruzaba las piernas elegantemente.
-Pues hoy tengo que dar una conferencia y será una gran oportunidad-
-Pero querida, esas cosas son fugaces para nosotros, ¿Qué sacas con emocionarte tanto si puede que en otra encarnación puedas repetirla?- expresó con un aire desalentador.
-Lo sé, pero me gusta sentirme así, aunque suene raro y tonto, me siento viva- Dije mientras lo miraba de reojo.

No respondió mas solo se limitó a una risa leve, para sacar su celular; a pesar de que Azrael es agradable, tiene actitudes que lo hacen un ser un tanto pesado, ve su propósito como un pasatiempo que no tiene valor, más desprecia cada momento de emoción humana.

-¿Y has sabido algo de tu hermano?- preguntó con un aire de sarcasmo.

Por un momento quede detenida, pues no esperaba esa pregunta. -La verdad no, hace mucho tiempo no sé de él, ¿Por qué preguntas?-.

𝕮 𝖆 𝖗 𝖎 𝖘 𝖘 𝖎 𝖒 𝖎  𝕸 𝖔 𝖗 𝖙 𝖊 𝖒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora