Capítulo 2

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Escuche el estadillo de la fanaticada mientas seguía preparándome para el nuevo partido a debatir

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Escuche el estadillo de la fanaticada mientas seguía preparándome para el nuevo partido a debatir.

Clinsfort contra Rings Moon.

Tome una bocanada de aire colocando de manera firme mi banda de capitana.

Bethany se acercó para ayudarme y sonreírme con amabilidad.

-Ganaremos, ¿sí?

Asentí. Sabía que no había duda del resultado, pero sí de mi desempeño. Después de cinco años volvería a jugar con ella en el mismo campo. Aún que, esta vez como enemigas. Siempre había logrado evitar encontrarnos dentro del campo, pero esta vez sentí que era una buena oportunidad para encontrarnos al menos de esta manera.

Salimos de los vestidores y caminé hasta la entrada al campo. Allí estaba la mayoría de mi equipo y del contrario también. Me acerqué a cada una de mis chicas y les dije lo que se me había hecho muy habitual.

-La mente fija en el balón y en el arco, ¿bien?

Todas asentían y luego golpeaban mi hombro. Llegué hasta la portera que entraría detrás de mí y le sonreí diciéndole la mismas palabras. Salude a las árbitras y cuando me coloque en mi lugar fue que me fije en la fila a mi lado.

Tenía una mirada clara muy fija en mí. No pude evitar echarle una mirada completa. Era inevitable cuando seguía pareciéndose tanto a como cinco años atrás.

Pensé que no haría nada al respecto, pero sonrío y se acercó con pasos decididos hasta mi lugar.

-Ellie...

Susurro mirándome fijamente. Sonreí sin saber muy bien qué hacer. Todas las miradas estaban puestas en ambas.

-Feliz cumpleaños.

Murmuro dejándome sin aire. ¿Se acordaba?

-Deseaba verte para poder deseártelo.

Sonríe mostrando toda su dentadura a la perfección.

Mierda, se veía muy bien.

Se acercó y dejo un delicioso beso en mi mejilla.

Sin esperar una respuesta o reacción de mi parte regreso a su lugar y no volvió a verme.

Sentí un ligero empujón de mi portera. Debía empezar a caminar.

Recordando una y otra vez el momento de hace unos segundos atrás entré a la cancha. Las personas se volvieron locas al ver que entraban todas las titulares de mi equipo y entre esas yo.

Nos colocamos en una columna y luego del protocolo pase a tirar suerte con la capitana del equipo contrario. Ganamos el balón y ella decidió el lado de la cancha. Entrecabiamos el escudo de nuestro club y cada una se fue a su lado luego de un rápido saludo.

Todo lo que debía decir, se los había dicho a mi equipo en el camerino, así que solo esperamos el silbato inicial en nuestras posiciones .

Mire a todo el equipo contrario intentando recordar con quienes debía tener cuidado en cuanto pisará el área chica y en medio de mi recorrido volví a tener la mirada clara de Rhea sobre mí.

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