Se escuchaban muchas voces de diferentes personas a nuestro alrededor formando un lugar desagradable para tener una cena.
Giré mi cabeza un poco viendo que Rhea comía con total tranquilidad al igual que el resto. Es que acaso, ¿era solo yo que no estaba soportando el sonido?
Frustrada termine mi comida.
Beth estaba frente a mí ignorándome olímpicamente mientras hablaba con Mack como si no estuviera escuchando todo.
-Mack.
Llame a la más joven de las tres. Ella rápidamente dejó de ver a Beth para ponerme atención con una sonrisa.
-¿Sí?
-¿Me harías un favor?
Sonríe y asiente.
-¿Me buscarías unas cuantas servilletas?
Mira a mi alrededor y luego se pone de pies para hacer lo que le pedí.
Miro fijamente a Beth.
-¿Piensas ignorarme el resto de tu vida?
Sonríe sarcástica.
-No me haz hablado hasta ahora, así que no te estaba ignorando.
Suspiro. Pocas veces había tratado con Beth de esta manera, pero en esas pocas experiencias podía decir que Beth era un dolor en los ovarios.
-Debiste decírmelo en cuanto te sentiste mal con respecto a mis idioteces. No te estoy culpando a ti, pero pensé que eramos lo suficiente sincera la una con la otra.
Ella mira detrás de mí y me da un vistazo rápido. Mack regresa y se vuelve a sentar a mi lado.
-No había muchas, conseguí cuantas pude.
Comenta entregándome cinco. Sonrío.
-Gracias.
Asiente y se vuelve hacia Beth que ahora estaba en total seriedad.
-¿Pasó algo?
Cuestiona dándose cuenta que ambas estábamos calladas para venir de nosotras. Veo a Beth para que ella le diga lo que sea que quiera.
-Solo estamos aclarando algunas cosas.
Beth asegura extendiendo su mano y cubriendo la de Mack sobre la mesa. No puedo evitar fruncir el ceño ante tal acción.
¿Qué mierda?
Rhea me echa un vistazo igual de confundida al ver las dos el mismo movimiento. Ella hablaba con Julie desde que se sentó allí, pero parece que estaba consciente de su alrededor.
-Claro...
Mack asiente, la miro de reojo y puedo ver como sus mejillas están sonrojadas. Bien, estaba entendiendo porque el viaje a Francia se estaba haciendo tan apresurado.
Aclaré mi garganta y miré mi regazo un momento para ocultar las ganas de reír. ¿Beth y Mack? Demonios, mi mejor amiga le llevaba mínimo ocho años. Esto sería muy chistoso si se hacía realidad lo que estaba pensando.
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Nuestro Destino
Romance"En el amor, el destino baraja las cartas, pero nosotros jugamos la partida". -Jacinto Benavente. Rhea Tristen y Ellie Blaze no solo tenían la responsalibilidad de jugar dentro de una cancha de fútbol. No, ellas también debían jugar su propio juego...