Vi a Rhea removerse incómoda al escuchar mi respuesta. Parecía que no le gustaba nada la información.
-Beth me comentó algo al respecto, también las redes sociales decían chismes pero no pensé que sería en serio. Pensé que solo sería eso, chismes...
Murmura sin mirarme. Dejo mi celular de lado y le presto mi atención a ella.
-Eso ya no importa. Ninguna me interesó lo suficiente.
Veo como muerde su mejilla interna y su mano izquierda contornea algunos tatuajes de su brazo derecho. Había notado que habían unos nuevos allí.
-¿Conozco alguna?
Su mirada finalmente se dirige a mí queriendo saber la verdad. Pienso un momento antes de asentir.
-Algunas fueron de otros clubes. Tal vez, las conozcan o ellas a ti, no estoy segura.
Asiente lentamente y vuelve a desviar la mirada.
Suspiro sintiendo el ambiente tenso.
Normalmente Rhea era la más abierta a todos los temas, ella antes era la que no le importaba el corazón de las demás y salía con quien quería hasta que me tomó en serio a mí. Yo era más tranquila en la universidad, además me había acostumbrado a ver a Rhea Tristen con diferentes chicas cada fin de semana. Suponía que ahora ella vivir lo que yo viví tiempo atrás, no le hacía mucha gracia y le resultaba incómodo.
-No pensé que volverías, no puedes culparme por lo que hice.
Ella niega.
-No lo hago, solo es... raro.
Les dije.
-¿Qué es raro?
Ella detiene su mano sobre sus tatuajes y entrelaza sus dedos sobre su regazo para luego mirarme.
-Imaginarte con otras chicas aparte de mí. Siempre fui la única en tu vida y ahora saber esto...
Humedezco mis labios. No podía decir nada en contra. También fue raro para mí las primeras veces hasta que se hizo una buena costumbre cuando no tenía partidos cerca. Siempre había una mujer disponible para una noche con Ellie Blaze, ¿cómo no habría de hacerlo? Solo que la chica que quería estaba muy lejos y mi cama siempre se sentía muy vacía.
-¿Cuándo fue la última vez?
No puedo evitar reír, ¿en serio quería saber eso? Ella se veía demasiado seria para ser una broma.
Hice memorias.
-Más de dos meses, creo. No estoy segura.
Ella endurece su mentón.
-Unas semanas antes de verte en aquel partido. Debías saber que nos veríamos, ¿no?
Suspiro.
-¿Y? Seguíamos siendo dos extrañas que algunos años atrás habían sido novias.
Su ceño se frunce al verme.
-¿Con quién?
Giró mis ojos.
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Nuestro Destino
Romance"En el amor, el destino baraja las cartas, pero nosotros jugamos la partida". -Jacinto Benavente. Rhea Tristen y Ellie Blaze no solo tenían la responsalibilidad de jugar dentro de una cancha de fútbol. No, ellas también debían jugar su propio juego...