Capítulo 11

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Cerré mis ojos cuando sentí el suave movimiento a mi lado junto a un pequeño gemido de dolor

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Cerré mis ojos cuando sentí el suave movimiento a mi lado junto a un pequeño gemido de dolor.

El sonido de una alarma en algún lugar de la habitación empieza a sonar ocasionando que Ellie sea vea obligada a salir de la cama y buscar su celular.

-Mierda... ¿Dónde está?

Me removí poniéndome de espalda a ella. No podría seguir fingiendo estar dormida si actuaba como una idiota con la resaca.

Escuche como la alarma se detenía y luego la puerta del cuarto de baño abriéndose y cerrándose. Abrí mis ojos y miré en todas direcciones. Ella había entrado al baño.

Tome un suspiro y me estiré libremente dejando que la sábana saliera de mi cuerpo. Mire su lado de la cama, totalmente deshecha. Sonreí, seguía siendo un desastre al dormir.

La ducha en el baño empezó a sonar, estaba bañándose. Me puse de pies y busqué mi ropa del día anterior. Tendría que ir a mi hotel antes de ir a las prácticas. Me cambie rápidamente con esos pensamientos en mente.

La puerta se abrió justo cuando estaba colocando mi primera zapatilla. Levante mi cabeza y me tope con la imagen de Ellie desnuda solo cubierta por una toalla blanca. Sus torneadas piernas a mi vista gracias a mi posición y sus brazos sosteniendo la toalla para que no resbale mientras tenía su mirada en mí.

Mierda.

-Pensé que seguirías dormida.

Murmura aclarando su garganta. Levanto mi torso y niego. No podía apartar la mirada de su cuerpo y me sentía mal por no hacerlo, pero a la vez se sentía tan jodidamente bien.

-De... debo volver a mi hotel. Iré una hora después del comienzo de su entrenamiento.

Ella asiente algo torpe y luego con largos pasos se dirige a un pequeño closet donde se encierra.

Me veo con la obligación de tener que tomar una gran bocanada de aire mientras la imagen sigue afectando mi memoria una tras otra vez.

Mierda.

Termino de ponerme las zapatillas y busco mis pocas pertenencias mientras la espero en la pequeña sala que había en su habitación.

No demoró mucho antes de salir con su ropa de entrenamiento puesta y con una bolsa en su mano.

-Te acompaño abajo, ¿te parece?

Cuestiona caminando hacia la puerta y sin darme ningún vistazo. Me pongo de pies rápido y la sigo sin oportunidad de nada más.

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