Un nuevo día estaba naciendo. La estrella más reluciente que conocemos poco a poco se iba alzando, y junto a ella sus vividos rayos de luz que iluminaban las grandes estructuras y extensiones del Reino Champiñón.
En la casa de los hermanos Mario. Los relucientes rayos del sol penetraban poco a poco en la habitación de los hermanos, iluminando el interior de la habitación hasta que la luz de esta fue lo suficiente como para comenzar a despertar a Mario.
Nuestro fontanero comenzaría a despertarse de su sueño, percatándose de lo muy iluminado que se encontraba la habitación y dándose cuenta que un nuevo día había iniciado. Recordando de inmediato todo lo que pasó la noche anterior y su nuevo propósito.
-Este será el día. Un nuevo Mario acaba de despertar.
Con un salto y apresurándose lo más rápido que podía se cambiaría de ropa, pese a dormir con el mismo tipo de prenda que acostumbra usar, ordenaría su cama y se alistaría para salir.
Al terminar y apunto de salir de la habitación dudaría un poco. Dudaba sobre si su plan resultaría como pensaba.
Sabia que tomó una decisión que podía cambiar su vida y la de los demás. ¿Pero y si no funcionaba? Si se daban cuenta. ¿Qué les diría? Peor. ¿Cómo se lo tomarían?...
No...
No es tiempo para que la inseguridad lo consuma. Esta no es solo una decisión que lo ayudará a tener una vida un poco más tranquila y tener un poco de respeto. Sino que también es una decisión que beneficiará a sus amigos. Siéndole lo que más le importa.
Con toda esa determinación que obtuvo; abriría la puerta dispuesto a cambiar y a su vez cambiaria su expresión, mostrando una mueca tonta con la que daría inicio a su plan.
Al abrir la puerta se encontraría con Luigi quien estaba tomándose una taza de café y leyendo un libro como es de costumbre. Apenas su hermano escuchó que había salido, se sorprendería un poco al verlo despierto tan temprano, y en el momento en el que le iba a preguntar cual era la razón por la que estaba despierto nuestro fontanero lo interrumpiría, pidiéndole que le diera algo para desayunar. Momento que su hermano se daría cuenta del porque se había levantado, rodando los ojos mientras sonreía para después pedirle que se sentara a lo que el de rojo fue a hacerlo contento.
Mientras Mario bailaba esperando la comida, su hermano se pondría manos a la obra. Después de unos minutos y donde Mario comenzó a desesperarse por la tardanza, Luigi al fin le entregaría su comida completamente orgulloso por su gran trabajo donde puso al limite sus habilidades de cocinero italiano, pese a que lo único que hizo fue agarrar los espaguetis que, increíblemente, sobraron de la noche pasada y calentarlos en el microondas.
Pero eso eran detalles de más.
Con los fontaneros. Ambos hermanos comenzaron a comer, y de nueva cuenta sin dirigirse la palabra pero disfrutando del momento entre ellos. Momento que sería muy corto la verdad. Debido a que Mario convirtiéndose en un tornado de color rojo y azul, devoraría todos los espaguetis a una velocidad increíble y haciendo que Luigi se pusiera un poco triste al no poder desayunar una vez más.
Sin embargo. Mario se acercaría a Luigi y tomándolo del hombro haría que este último lo mirara. Llevándose la increíble sorpresa de que Mario había dejado un último espagueti y se lo estaba ofreciendo, dejándolo atónito por lo acontecido. Y antes de que pudiera hacer o decir algo, nuestro fontanero de rojo le diría que saldría mientras se retiraba de su hogar, dejando a Luigi sorprendido.
Pese a que no podía creer lo que ocurrió. Luigi no lo tomaría como algo malo. Sí. Fue sorprendente para él, sin embargo aceptaría muy feliz el gesto de su hermano. Haciéndolo saber que pese a todo, su hermano lo quiere. A su manera. Pero lo quiere.
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Estoy harto de esto
RomanceMario... Un fontanero tonto el cual es conocido por sus innumerables estupideces. Teniendo una larga lista de acciones tanto malas y buenas tanto para el reino como para sus amigos. Sin embargo. Este último tiempo algo cambio. Muchas de sus aventura...