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Esa noche apenas pude pegar ojo, al llegar la mañana llegó un guardia a levantarnos, todos nos pusimos rápidamente de pie, acomodando nuestra ropa.

—Tienen suerte, vino un hombre a pagar su multa, ya pueden irse a casa —el oficial abrió la celda.

Al colocar un pie fuera,me sentía ya libre, no puedo imaginar esas personas que son condenadas a muchos años, yo no aguantaría.

Alan salió tomado de la mano con Nany,mientras que Black y yo permanecimos separados,para no levantar sospechas ante mis padre.

Al ver a mi padre,corrí hacia el abrazándolo fuerte, el me devolvió el abrazo, besando mi mejilla.

—Mi pequeña,que felicidad tan enorme siento de verte —expreso con una gran sonrisa.

Al separarnos mi madre se acercó, pensé que me recriminaria,me diría toda clase de insultos,y cosas horribles, pero sorprendentemente me abrazo también,muy fuerte.

Su gesto me sorprendió, me quedé helada por un momento sin saber cómo reaccionar,pero por primera vez en dieciocho años sentía el calor de mi madre, lágrimas rodaron por mis mejillas,mientras le devolvía el abrazó.

—Hija mía —susurro en mi oído, ella no quería soltarme, pero me separé.

—¿Que te sucede madre? ¿Te sientes bien? —pregunte preocupada.

—Mejor que nunca, quiero pedirte una disculpa por todo lo que te hice sufrir durante todo este tiempo, cuando estuve a punto de perder a tu padre me di cuenta que no estaba bien, y comencé a ir a terapia,dónde me di cuenta que estaba demasiado preocupada por los comentarios de las personas que por ti,mi hija —dijo sinceramente, podía notar que era franca en su mirada.

—No sabes cuánto espere esas palabras madre —la volví abrazar, todo ese dolor que sentía en mi corazón desapareció, esto es lo que siempre soñé, desde niña.

—Jovencita, con usted necesitaba hablar —el agente que estaba a cargo de mi caso, se paró justo frente a nosostros.

Me separé de mi madre,y le pedí al agente hablar con privado.

—Digame señor.

—Ya capturamos al sospechoso, necesito que lo identifique —pidio.

—¿Ahora?.

—Si, mientras más pronto mejor.

—Bien, vamos.

El me guío por una sala, donde habían ubicados cinco hombres, a primera vista reconocí a ese acosador.

—Es el número cuatro, necesito ver sus puños —pedi.

—Numero cuatro, puños al frente —ordeno, a través de un altavoz.

El hizo caso y colocó los puños al frente, reconocí la cicatriz en su puño derecho.

—Es el quien intento asesinarme en el hospital —exprese, asustada.

—Tambien encontramos sus huellas en las escena del crimen —comento el oficial.

—¿Me puede permitir hablar con el?.

—Solo un par de minutos —aclaro.

Asentí, y el ordeno que todos los demás se retiraran excepto el, me adentre observándolo directamente.

—¿Por qué querías matarme? —pregunte directamente.

El se rió.

—Ordenes son órdenes —fue lo único que dijo.

—¿Orden?,¿De que hablas? —interrogue.

—No sabes a lo que te estás enfrentando, el incendio y la inyección era la mejor opción, la persona detrás de esto tiene muchísimas cosas peores —aseguro.

¿Y Sino Encajamos? /BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora