La reunion. II

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Tk seguía manteniendo en alto el teléfono móvil, buscando una reacción coherente y calmada de Tai que tantas otras veces le había salvado. Buscando un hermano mayor que pudiera ayudarle a recuperar las fuerzas, porque de repente, se sentía totalmente desesperanzado:

-Mierda -dijo–. Siéntate, Tk. Tenemos que hablar.

Y le contó todo. Lo que había descubierto Matt, el caso de Rika, los terribles asesinatos y que sentía que estaban en un grave peligro.

Le explicó todo con calma intentando no romperle en un ataque de histeria, intentando que no explotara dinamitándolo todo, bajo la atenta mirada de todo el grupo que aguardaba en silencio a través del ordenador. Tk solo retenía en su cabeza la mitad del discurso, quizá una palabra de cada tres.

Asesinatos, Kari, ayúdame...

Tras recibir el mensaje había ido en busca del mayor de los Yagami pidiendo auxilio, y le habían puesto un pie en el cuello en medio de la calle. No era capaz de seguir el discurso ni de pensar. Sintió pánico. No le llegaba el aire a los pulmones.

-Llama a Gennai –dijo levantándose del sofá donde se había derretido–. Que abra la puerta digital, vamos a Paris ya, vamos a buscarla. Avisamos a Gatomon y vamos todos y... ¡Y ya está!

Si aquella cosa que estaba matando niños elegidos por el mundo podía usar la puerta para matar, ellos también para encontrar a Kari.

Tai miró a su ordenador. En especial a Izzy. Infló sus pulmones en busca de fuerza.

- Oye chicos, cuelgo ¿vale? Os llamo en diez minutos. Necesito hablar con Tk. Yo lo cuido, rubio. –Cerró su portátil antes de que nadie pudiera pedir explicaciones–. Siéntate, Tk.

Tk obedeció. Sintió que algo terrible estaba a punto de contarle, pero no consiguió averiguar que podía ser peor que todo lo que ya estaba pasando.

-No podemos usar la puerta digital –empezó a explicar Tai-. Porque hace unos meses la bloqueamos.

Tk abrió los ojos de par en par. Sus pupilas y su corazón temblaron.

- ¿Cómo que la bloqueasteis?

-Es una larga historia Tk, fue... por un bien mayor. No puedo darte una explicación completa ahora. Tengo que hacerlo con Izzy.

Tk no entendió en aquel momento si estaba triste, enfadado, asustado, frustrado, o todo a la vez. Aunque sí pudo leer la pena que cubría la mirada de Tai. Se levantó de un salto del sofá donde Tai le había obligado a sentarse y le miró con una rabia muy impropia de él.

- ¿Si están en peligro no han podido llamarnos? –gritó- ¡¿Esta mierda está bloqueada?! – Tiró el dispositivo digital que había sacada del bolsillo contra la pared. Aunque no sufrió ningún daño, como si se hubiera vuelto del más duro de los aceros.

-Escucha. Todo esto no puede ser casualidad –intentó continuar tranquilo Tai recuperando el dispositivo digital del suelo.

Tk no le escuchaba, su única opción era llegar cuanto antes a Paris, y eso implicaba que tenía que ser ya. Se había quedado sin opciones, sentía que se estaba quedando sin tiempo.

- No puedo unir ahora todas las piezas, y no puedo explicártelo – siguió con tono tranquilo Tai-. Os tengo que explicar muchas cosas. Pero necesito que confíes en mí. –Puso una mano sobre su hombro, lo atrajo hasta sí mismo, y lo abrazó intentando calmarlo, como si fuera su propio hermano pequeño. Tai también tenía ganas de llorar aunque disimuló asumiendo su papel de cuidador en aquella terrible escena.- Ahora tenemos que encontrar a Kari, y después, arreglar toda esta mierda. Necesito que estés conmigo.

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