En esta autobiografía, *Sueños Frustrados*,[Toty bernal] lleva al lector a un viaje íntimo a través de sus altibajos, desde un sueño aparentemente alcanzable hasta los abismos de la depresión y la ansiedad. A lo largo de estas páginas, comparte los...
Toty había estado de novio con Pilar durante dos años. Su relación era como una canción que había sonado en su vida desde que eran adolescentes. Compartieron risas, lágrimas y sueños juntos. Pero, como las mareas que cambian sin previo aviso, su amor también empezó a desvanecerse lentamente.
Fue un domingo soleado en Buenos Aires cuando Toty y Pilar tomaron la difícil decisión de separarse. Sentados en un café al aire libre, rodeados por el bullicio de la ciudad, las palabras se les atragantaban. Sabían que era inevitable, pero eso no lo hacía más fácil. Las lágrimas asomaron en los ojos de Toty cuando se despidieron con un abrazo que parecía no tener fin.
La semana siguiente fue como caminar por un campo minado emocional. Toty se aferraba a cualquier distracción para no enfrentarse a la realidad. Pero cuando llegó el viernes y tuvo que jugar un partido de fútbol con su equipo, pensó que finalmente podría encontrar algo de paz en la cancha.
El partido estaba en plena acción cuando sucedió. Toty fue a disputar una pelota dividida y sintió un dolor fuerte en la rodilla cuando su rival chocó contra él. Cayó al suelo con un grito de angustia, su rodilla en una posición antinatural. Los gritos de la gente en el borde de la cancha se desvanecieron mientras los médicos corrían hacia él.
Horas después, Toty estaba en una sala de hospital, mirando el techo blanco con una mezcla de dolor físico y emocional. La noticia de que se había roto los ligamentos de la rodilla lo dejó aún más triste. Las lágrimas volvieron a brotar cuando pensaba en cómo su vida había cambiado tan drásticamente en solo una semana.
Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Toty pasó por la dolorosa rehabilitación de su rodilla mientras intentaba superar la pérdida de Pilar. Cada paso era una lucha, tanto en la cancha como en su corazón. Pero lentamente, con el tiempo, aprendió a aceptar que la vida a veces tiene sus propios planes, incluso cuando esos planes son más amargos de lo que uno podría imaginar...
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