En esta autobiografía, *Sueños Frustrados*,[Toty bernal] lleva al lector a un viaje íntimo a través de sus altibajos, desde un sueño aparentemente alcanzable hasta los abismos de la depresión y la ansiedad. A lo largo de estas páginas, comparte los...
En un barrio de La Plata, donde la cumbia y la fiesta se mezclan en cada esquina, Toty y Vanesa se cruzaron una noche. Él, con su sonrisa encantadora y espíritu libre, se ganó el corazón de ella, una mujer adulta con un alma rebelde.
Después de un romance apasionado, decidieron juntarse en una ceremonia íntima, solo con los más cercanos. Pasaron el primer año juntos, compartiendo una casa. Llegó el momento en que querían ser padres, y como un acuerdo, empezaron a buscarlo. El 2 de febrero de 2012, nació Mateo, llenando sus vidas de una alegría indescriptible, pero también desatando una tormenta de conflictos y tensiones.
Las diferencias entre ellos, que antes parecían encantadoras, se convirtieron en grietas profundas en su relación. Discutían sobre todo: el manejo del dinero, las expectativas de futuro. La convivencia se volvía cada vez más agobiante, y el amor que los unió parecía desvanecerse entre reproches y desilusiones.
Después de dos años de luchas y desencuentros, llegó el momento inevitable: decidieron separarse. Fue un golpe devastador para ambos, lleno de lágrimas y malos tratos. El dolor de la separación se mezclaba con la incertidumbre del futuro, especialmente para Mateo, atrapado en medio de la tormenta.
Entre lágrimas y palabras, intentaron encontrar una forma de seguir adelante, cada uno con su propio dolor y culpa. A pesar de todo, se comprometieron a ser buenos padres para Mateo, a pesar del drama y la separación. Era lo mejor para los dos; ya no se podía más entre celos y discusiones. La vida se volvía oscura y triste para él, que era padre primerizo. Ahora tenía dos amores: Mateo y el fútbol. Y ahora tenía otra responsabilidad: criar a su hijo lo mejor posible y dejar muchas cosas de lado.
Así, enfrentaron este nuevo desafío cada uno por su lado, sin olvidarse de su hijo. Y cada uno comenzó un nuevo capítulo en sus vidas, marcado por el dolor, pero también por la esperanza de un futuro mejor.
"¡Ser padre, mi mejor regalo, y el fútbol, mi pasión!"
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