CAPÍTULO 11 "SIN RUMBO"

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Toty, en la cancha, era un verdadero crack, pero su vida personal era un quilombo. Después de una separación jodida, se lo veía deambulando por las calles de La Plata, buscando refugio en la noche, las jodas y el fernet.

Una noche, mientras paseaba por Villa Elisa, un barrio tranqui de gente copada, Toty se dejó llevar por la música que salía de un bar. Sin pensarlo dos veces, se mandó adentro, dejando que el sonido lo arrastre.

Adentro del bar, se reencontró con viejos amigos y compañeros de cancha. Las risas, los abrazos y las jodas lo hicieron olvidar por un rato el dolor de la separación, mientras se tomaba unos fernets, unas birras y de vez en cuando un vinito. También salía con mujeres para distraerse, pero no podía conectar sentimentalmente con ninguna.

Pero a medida que la noche avanzaba y las luces del bar parpadeaban, Toty se dio cuenta de que estaba escapando de sus problemas en vez de enfrentarlos. La música fuerte y el quilombo solo servían para anestesiar su dolor, no para solucionarlo.

En un momento de lucidez, decidió salir del boliche y enfrentar la realidad. El aire fresco de la madrugada le pegaba en la cara mientras caminaba por las calles desiertas, perdido en sus pensamientos. Fue entonces cuando vio un cartel medio roto que anunciaba un picadito para el día siguiente.

La emoción lo invadió al recordar su pasión por el fútbol callejero. Sin pensarlo dos veces, arrancó el cartel y se fue a casa, decidido a recuperar lo que había perdido y reconectar con sus raíces futboleras.

Al día siguiente, con una resaca terrible pero con el corazón lleno de esperanza, Toty se unió al picadito. El sonido de la pelota golpeando el pavimento y los gritos de los jugadores lo llevaron a un lugar familiar, lleno de nostalgia y pasión.

Con cada gambeta y cada gol, Toty dejaba atrás el dolor del pasado y se abría camino hacia un futuro lleno de posibilidades. Aunque sabía que el camino sería difícil, estaba decidido a enfrentar cada obstáculo con la misma garra que ponía en la cancha.

Así, con el sol radiante sobre el campito y el aroma a asado flotando en el aire, Toty comenzaba una nueva etapa en su vida. Estaba listo para enfrentar lo que viniera con huevos y garra, y para encontrar la verdadera felicidad dentro y fuera de la cancha, en cada rincón de su amada Villa Elisa.....


 Estaba listo para enfrentar lo que viniera con huevos y garra, y para encontrar la verdadera felicidad dentro y fuera de la cancha, en cada rincón de su amada Villa Elisa

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