25| Celoso

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Allie

19 de mayo, 2010

Me desperté desorientada y suspiré cuando vi que no estaba en mi habitación, estaba en la de Hope. Observé sus cuadros de atardeceres y sus libros en las repisas de su casa.

—¿Qué mierda?

—Tu y Liam se pusieron ebrios anoche y los traje aquí antes de que se pusieran en ridículo.

—Oh, vale gracias.

—De nada, pequeña rubia. Y si lo quieres ver durmió en el sofá.

—Me duele la cabeza —murmuré tomándomela con las manos y palidecí cuando unos recuerdos arribaron en mi mente.

—Quédate quieto —mascullé con una risa. Liam estaba tan sudoroso que mantenía mi mente en su cuerpo y solo en... su cuerpo —. Mira como te ves.

—Cállate, eres tú la que me pone así.

Vale si, estábamos muy ebrios y... calientes. Y eso era fantástico, sería interesante.

—¿Primero que nada estás consciente de todo esto? No me gustaría que no lo recordaras o que no estés en todos tus sentidos —comentó jalándome del pelo.

—Claro que estoy consciente, idiota.

—Vale, pesada. Era solo una pregunta.

Sentí mis nervios a flor de piel cuando me abrió la piernas y me lamió por encima de mi tanga. Su lengua era maravillosa.

—¿Te gusta? —gimió y su voz vibró dentro de todo mi ser. Cuando hizo mi tanga a un lado suspiré

Asentí con la cabeza, sentí como me corría en su boca minutos después.

Mierda. ¿Dónde había pasado?

—¿Tienes una aspirina? —le pregunté nerviosa.

—No pongas esa cara conmigo, Allie. Es normal tener sexo con tú novio, no es nada del otro mundo. Solo debes de tener cuidado en los lugares que lo hacen.

—¡¿Volviste a vernos?!

—Bueno, vi que tenía la cabeza entre tus piernas.

—Joder.

—No importa —rio —. Eso es lo que hacen los novios. A propósito, ¿quieres que desayunemos en el jardín o prefieres irte a casa?

—¡Mi padre va a matarme!

—Ese asunto ya lo resolví, le dije que estabas aquí. Ahora no hay nada que pueda preocuparte.

—Vale, muchas gracias por esto Hope.

—Para eso estamos las amigas.

Le sonreí, observé que había mandado hacer un cuadro donde estaban las fotos que nos tomamos en la cabina, el día de la feria.

—Iré a ver a Liam.

—Te estabas tardando en decirlo. Y si van a tener sexo, por favor no en el sofá.

—Mierda.

Hope soltó una carcajada.

Cuando llegué al piso de abajo lo vi, su pecho subiendo y bajando con tranquilidad, los tatuajes de sus brazos y el dragón que nos tatuamos juntos. Le lancé un cojín en la cara y él se puso alerta.

Inevitable Tentación [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora