¿Quienes son las nuevas guardianas? #2 Miraculous

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Pollen se dirigió, con su peineta en sus pequeñas manos sosteniendo el objeto, volando en dirección a donde se encontraba la diseñadora.

—Hola, Pollen —dijeron los dos kwamis y la azabache al unísono.

—¿Qué tal con Chat? —preguntó Marinette para entablaruna conversación.

—Bien —respondió Pollen.

—Sí el es tan guapo y Adrien igual, mis sentimientos por el aún no se han ido, ojalá ambos fueran la misma persona sería el mejor sueño y correspondiera mis sentimientos.

Tikki, Pollen y Mullo me miran fijamente y Pollen se pone a silvar

Oigan ¿porque me miran como si hubiera echo algo malo? ¿¡Hice algo malo!? dice con tono frio.

Ese si no te preocupes paso u-una paloma y por eso te miramos así dijeron los tres kwamis al unísono.

Pollen, para el romper el ambiente, que estaba algo tenso, por lo que dijo cierta azabache inicia un mini debate sobre el camenbert.

—¿A qué el camembert de Plagg sabe asqueroso? —dijo Pollen haciendo una mueca al recordar como sabia este.

Marinette se quedó observando, como Pollen seguramente iba a meter la pata, por haber dicho eso. Al conocer al kwami del ratón a la perfección, siendo este un glotón y odia que critiquen la comida.

—Estoy medio de acuerdo contigo, Pollen. Apesta, pero está rico —dijo Tikki con voz suave.

—A mi me da igual y a la vez no, pero ahora  solo quiero comida, ya luego después de comer lo discutimos —replicó Mullo con voz de niño en una rabieta.

—Solo sabes pensar en comida. Te pareces a Plagg, pero en vez de camembert, cualquier clase de comida te sirve.

—Ahora volved con vuestros portadores —ordenó la azabache. Se quitó el collar y se lo entregó a Mullo. Ambos kwamis asintieron y se fueron volando en dirección al internado.

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Cuando el Lucky Charm hizo volver todo a la normalidad, incluidos los escombros, Bridgette y Félix seguían mirándose. Estaban perdidos en sus miradas, cerca de sus labios, pero ninguno de los dos quería dar el gran paso y besarse.

Sus kwamis regresaron, contemplando a sus dos portadores.

—Pollen, ponle tu prodigio a tu portadora. Yo haré lo mismo. Están sordos ahora mismo, pero hazlo sin que te vean —dijo Mullo susurrando al oído de Pollen.

—¿Con que te gusta shipear? —dijo la kwami amarilla, mirándolo con una cara pícara.

—Tal vez —replicó el kwami gris.

Pasaron más minutos y aún se miraban a los ojos.

—A ver, ya me tienen harto. ¿Ustedes dos se van a besar o no? Llevan minutos mirándose —dijo Mullo, harto de la situación.

Bridgette y Félix salieron de sus pensamientos y se sonrojaron al darse cuenta de que estaban a centímetros de sus labios.

Mullo y Pollen observaban la escena con una mezcla de impaciencia y diversión. Bridgette y Félix, todavía ruborizados, no sabían cómo romper el silencio. Bridgette jugaba nerviosamente con un mechón de su cabello, mientras Félix intentaba ocultar su sonrisa.