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"¿Acaso ella te pidió que lo hicieras?"
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No, no lo hizo, pero no me cabe ninguna duda de que la hacías sentir incómoda. La castaña soltó una bocanada de aire, se mordió el labio inferior para contener sus emociones y evitar dejarse llevar por la ira hacia el rubio. Durante unos cuantos segundos, reflexionó y pudo salvar la situación -Mira Adrien, déjame estar con mi amiga -dijo, sintiendo una punzada en el pecho al pronunciar esas palabras. Le dolía decirlo, pero ¿quiere estar conmigo? Si no quisiera, ¿se habría ido? ¿No crees? -añadió con calma.

Lila sabía cómo era ella. Respiró profundamente y comenzó a soltar las palabras con algo de miedo: -No tienes que fingir delante de nosotros, y no permitiré que la incomodes. Con tu permiso, me retiro.

Petrificada ante las palabras de su nuevo enemigo, no sabía qué nuevo argumento utilizar para llevar la razón.

Aprovechando que ella estaba distraída en sus pensamientos, él tiró de su brazo para empezar a correr.

--Marinette--

Adrien no dejaba de sorprenderme. Lila había estado pegada a mí en todo momento, no me quería soltar. Era como si quisiera que fuera suyo, y de nadie más.

Me quedé en shock en el momento en que Adrien dijo esas palabras, me defendió en todo momento. Sé que somos mejores amigos y ambos nos protegemos mutuamente. No me sorprendió que me defendiera. N-no quise decir eso. A lo que me refiero es a esas palabras que aún resuenan en mi cabeza, "sólo quiero verte sonreír, princesa". Lo dijo además con un tono coqueto. Definitivamente es el mejor día de mi vida. Pude notar cómo mis mejillas ardían al recordar las palabras de hace un momento. Podría jurar que cualquiera que me viera pensaría que me había restregado un tomate por las mejillas.

No noté en este momento que estábamos corriendo y me asusté bastante. ¿Cómo pasé de estar con Lila y Adrien a estar corriendo junto a él de la mano y guiándome en todo momento?

Noté que me había sobresaltado y se detuvo. No nos dimos cuenta de que habíamos llegado a uno de los tantos jardines del internado. Se escuchaba el murmullo de un pequeño riachuelo. El sonido del viento chocando contra nuestras caras acompañaba al movimiento de nuestros cabellos y prendas, impulsados por la brisa.

Estábamos jadeando debido a que habíamos corrido bastante tiempo.

-¿Estás bien? -preguntó Adrien.
-S-sí, gracias por preocuparte -respondí-. Algunos pensamientos se apoderaron de mí y no lograba detenerlos.

Eres una idiota, eres una egoísta, siempre te escabulles de nosotros ¿acaso no te importamos?, ¿por qué nos ocultas cosas?, te odio, eres lo peor, ojalá nunca te hubiera conocido, te odio, te mereces estar sola, ojalá nunca te hubiera conocido. No te mereces tener amigos...

Estaba en mis pensamientos y Adrien me estaba llamando, pero yo estaba ausente.

-Marinette, ¿estás bien?
-¿Marinette?
-¿Marinette, estás ahí?
-¡Marinette!
-¡¡Marinette, reacciona!!

No escuchaba cómo el rubio me llamaba y no pude evitar que unas lágrimas se me escaparan.

Solo quería acallar esas voces. Sin darme cuenta, solté el agarre del modelo y me senté en el césped, abrazando mis piernas mientras más lágrimas caían de mis ojos.

¿Quienes son las nuevas guardianas? #2 MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora