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Estaba perdida en mis pensamientos, sintiendo cómo el tiempo se deslizaba lentamente a mi alrededor. Notaba el ritmo acelerado de su corazón, reflejo de mis propios sentimientos confusos. ¿Acaso lo estaba poniendo nervioso? La idea me asaltó la mente, generando una mezcla de curiosidad y ansiedad.

Estos pensamientos se desvanecieron cuando se separó suavemente del abrazo. Sus ojos buscaron los míos y, por un momento, nos quedamos atrapados en una mirada que parecía eterna. En esos ojos verdes, vi reflejados una maraña de emociones, y sentí un estremecimiento en mi interior.

De repente, noté a Tikki moverse inquieta en mi bolso, sacándome de mi ensoñación. Adrien también pareció darse cuenta y reaccionó al verme de vuelta en el presente, una leve sonrisa apareciendo en sus labios.

Nos encontrábamos sentados en la hierba, disfrutando de la presencia del otro en un silencio que no resultaba incómodo, sino más bien reconfortante. A nuestro alrededor, solo se escuchaban los sonidos suaves de los insectos y el susurro del viento entre los árboles, creando un entorno perfecto.

***

Me encontraba sumergida en mis pensamientos, preguntándome por qué Lila coqueteaba tanto conmigo. Cuando estoy con Adrien, ella parece ponerse celosa. ¿Acaso está enamorada de mí? No pude evitar poner una cara de asco, mientras un escalofrío recorría mi cuerpo al considerar esa idea. Adrien y Lila captaron mi reacción. El rubio de mi asiento no pudo evitar esbozar una sonrisa, mientras la castaña parecía echar humo por las orejas, como si pudiéramos freír huevos sobre su cabeza.

El timbre sonó, y aproveché la oportunidad para salir corriendo hacia los baños, sin esperar a Adrien como solía hacerlo. Le dije que necesitaba un momento, pero en realidad planeaba quedarme allí hasta que finalizaran las clases.

Una vez en el baño, me encerré en uno de los cubículos, me senté sobre el váter y abracé mis piernas, permitiéndome llorar en silencio para no llamar la atención.

No sé cómo, pero Lila se dio cuenta de mi presencia. Parecía una acosadora, y realmente me daba miedo. Sentía que me observaba todo el tiempo.

—Marinette, ¿estás ahí? —decía con voz preocupada.

Estaba temblando de miedo, no sabía qué hacer, y lloré aún más fuerte, aunque en silencio. Metí la mano en mi bolso y mi pequeña amiga Tikki asomó la cabeza, brindándome su apoyo con una mirada comprensiva.

Los pasos de Lila resonaban cada vez más cerca, sus tacones haciendo eco en el baño vacío. Más lágrimas brotaban de mis ojos mientras la escuchaba revisar puerta por puerta, buscando cuál estaba ocupada. Mi corazón latía con fuerza, suplicando en silencio para que se fuera.

Entonces, el sonido de una puerta al abrirse interrumpió la tensión. Eran Juleka y Rose.

—¿Lila, estás aquí? —preguntó Juleka.

—Te estábamos buscando, ¿dónde estabas? —comentó Rose.

—Buscaba a Marinette —respondió Lila con una sonrisa falsa.

—¿Por qué buscabas a Marinette? —preguntaron ambas chicas a coro.

—Porque me preocupa. Esos dos rubios y su prima son malas influencias, sobre todo su prima —dijo Lila con fingida preocupación.

¿Quienes son las nuevas guardianas? #2 MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora