"Danzando Entre Las Sombras; El Baile Entre La Luz Y La Oscuridad".

CAPÍTULO CUATRO

Un fuerte impacto sacude mi cabeza, enviándome tambaleándome hacia atrás. Caigo al suelo con un ruido sordo, mi visión se nubla por el dolor. El dolor  insoportable, se adhiere a mi cráneo. Grito, pero el sonido es ahogado por el zumbido de aturdez en mis oídos.

Todo a mi alrededor se vuelve borroso, los objetos se distorsionan y se mueven como en un sueño. Intento levantarme, pero mi cuerpo está demasiado aturdido para responder.

Me quedo allí tumbada, retorciéndome de dolor. Cada latido de mi corazón envía una nueva oleada de agonía a través de mi cabeza. El dolor es tan intenso que siento náuseas.

Mi visión se oscurece y pierdo el conocimiento.

(...)

Cuando vuelvo en sí, el dolor sigue ahí, pero es más sordo, más soportable. Intento moverme, pero mi cuerpo todavía está débil y dolorido. Me incorporo lentamente y miro a mi alrededor. ¿Estoy en la sala de Jade?
—Buenos días.

*volteo, dando con la sonrisa alegre de mi amiga*

—¿Estas bien?

Me toco la cabeza con cuidado. Hay un gran chichón, y un corte profundo, se siente húmedo ¿Sangre? No sé qué me ha pasado. Pero esto no fue un sueño.
Jade Grita al ver mi mano llena de sangre corre a mi.

—¡Jess! ¿Por que estas sangrando? —no respondo, me quedo absolutamente paralizada, clavada en el sitio por el shock. La voz de mi amiga se vuelve distante, como si me hablara desde el fondo de un túnel.

Intento procesar todo pero mi mente lo consigue, nada tiene sentido... Es demasiado abrumador, demasiado difícil de comprender. Veo a Jade moverse, pero sus movimientos son borrosos, como si estuviera bajo el agua. Sus palabras se convierten en un zumbido indistinto, un ruido de fondo que no puedo entender.

Siento un nudo en el estómago, una sensación de náuseas que amenaza con apoderarse de mí. Mi respiración se vuelve superficial. Todo se tambalea y se distorsiona. Los objetos se mueven y cambian de forma, y los colores se vuelven más brillantes y menos intensos.

*Pestañeo, ante una fuerte luz en mi ojo*

Extrañada me percato de un doctor quien me revisaba las pupilas. —¿Ya puede oírme?

Aciento —¿Estas bien?

—Ella sufrió una hemorragia cerebral es una afección grave en la que se produce sangrado en el cerebro. Causada por un golpe fuerte en la cabeza, una ruptura de un vaso sanguíneo —informa, mientras recoje sus cosas.

¿Acaba de decir que sufrí un fuerte golpe en la cabeza?

—En otras palabras, su shock momentanio se debe a la perdida de sangre que sufrió a raíz de un fuerte impacto en la parte posterior de su cabeza. —recurre a una última pausa —Al saturar la herida, se detuvo la hemorragia, y entró en razón —me ofrece un papel con su firma —Necesita cambiar el vendaje dos veces al día, resposo absoluto, y en una semana debe ir a quitarse los puntos.

Aciento lentamente y Jade acompaña al doctor a la salida. Minutos después escucho la ambulancia alejarse.

—¿Estas mejor Jess? —aciento —¿Como fue que te diste ese golpe?

—Ni yo estoy segura.

—¿Te abras caído durmiendo del sofá? —me encojo de hombros.

—Provablemente.

—¿Como puedes ser tan tranquila? Yo estaría volviéndome loca, y —su voz vuelve a desvanecerse, haciendo ecos cada vez más lejanos en mis oídos.

Mi cerebro explota, tratando de comprender y atar todos los hilos. ¿Estoy teniendo sueños vívidos? ¿O de verdad he sido ahorcada, asfixiada y golpeada? Estoy en un dilema interno brutal, que va más allá de mi comprensión.