CAPITULO QUINCE

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Las lágrimas brotan sin control, recorriendo mis mejillas como ríos de fuego. Trato de respirar, de encontrar un poco de alivio, pero la sensación punzante se intensifica, una tortura que se extiende aún más por la piel.

Grito, un sonido desgarrador que sale de mi garganta, un grito de rabia, de desesperación, de impotencia. Pero rápidamente me vuelve a callar.

—¡Te advertí que no gritaras más! —grita con furia y continúa su cruel tortura.

Flashback*
Trato de luchar, de zafarme de sus manos, de formatear para no ser atada. Pero sus dedos son fuertes, su agarre implacable. Un golpe seco me devuelve a la realidad. Su mano se estrella contra mi mejilla, una bofetada que me hace ver estrellas. La furia en sus ojos me llena de terror.

—Por favor detetente ¡¿Que carajos vas ahacerme —eclamo agitada, con las lágrimas corriendo por mi rostro. Pero él, en lugar de escuchar y lejos de responder, me levanta la camisa, exponiendo mis piernas y bragas. El pánico me invade, una ola de miedo que me paraliza. ¿Está planeando violarme?

Grito por ayuda, pero su mano se cierne sobre mi boca, exigiendo mi silencio. Se acerca al lavamanos, enjuaga el filo del cuchillo, la hoja brilla bajo la luz tenue. Regresa hacia mí, lento y amenazante. Trato de moverme, de evitarlo, pero él me tiene inmovilizada. 

—¿Quieres otra bofetada? —amenaza con el seño furcido.

—¿Que vas a hacerme James? Dime porfavor... —suplico desesperada y sonríe.

—Marcarte dulzura, y ahora estas con Jeff —informa con una sonrisa maquiavelica pintada en su boca.

Lo procciomo que siento es el metal helado se hundirse en mi piel, una punzada aguda que me recorre el cuerpo. Grito de dolor, un sonido gutural que se ahoga en mi garganta. Él entierra el cuchillo con más fuerza, su mirada fría y cruel.

—Callate de una vez —susurra, su voz amenazante es más terrorífica que otras veces —Gritas otra vez y conocerás mi lado más cruel.

Amenaza, y muerdo mi labio inferior tratando de reprimir mis gritos. El terror me paraliza, la sensación de vulnerabilidad me ahoga. Estoy a su merced, atrapada en una pesadilla sin escapatoria.
...Flashback*

El dolor me golpea como olas furiosas, arrasando con todo lo que encuentro a su paso. Mi cuerpo se contorsiona, buscando una posición que alivie la agonía, pero no hay escape. El dolor se apodera de mí, me consume, me hace sentir vulnerable, débil...

—Listo —habla nuevamente, con una sonrisa de satisfacción.

—Maldito enfermo de mierda —muerde su labio inferior —¿Te eh dicho que te vez hermosa enojada?

—Imbécil —ríe.

—Y sexi. —se levanta —Ya vengo.

Se levanta y se va camino a las escaleras.

Me derrumbo, víctima de un sufrimiento insoportable, un torbellino de lágrimas y dolor que me atrapa nuevamente. La piel abierta, desgarrada, supura y sangra ¿Qué me hizo? No tengo idea, solo recuerdo como cada latido de mi corazón era martillo que golpea la herida, intensificando el dolor, la angustia, los deceos de gritar... no memorize sus trazos, pero algo bueno no puede ser, eso lo se.

Escucho sus pasos aproximarse, pesados y amenazantes. Baja las escaleras con algo en la mano. Se sienta frente a mí, su mirada fría y calculadora. Con un algodón, aplica un ungüento antibacteriano sobre mi herida. La sensación es abrasadora, un fuego que recorre mi piel. Un jadeo de dolor escapa de mis labios.

"Danzando Entre Las Sombras; El Baile Entre La Luz Y La Oscuridad". Donde viven las historias. Descúbrelo ahora