"Danzando Entre Las Sombras; El Baile Entre La Luz Y La Oscuridad".

CAPÍTULO SEIS

En la penumbra de la habitación, siento su presencia acechante, cercana a mi oído, como una sombra fría y palpable que se cierne sobre mí. El miedo me envuelve en una espiral de angustia y nerviosismo, paralizando mi cuerpo y revolviendo mis pensamientos en un torbellino de confusión y terror primitivo. Cada fibra de mi ser parece vibrar con la intensidad del pánico, y mi piel se eriza en respuesta a su cercanía ominosa.

Cubre mi boca con fuerza ahogando mi grito. Lágrimas comienzan a desplazarse por mis ojos y el solo ríe. -¿Por que tan asustada? No es la primera vez que me tienes en tu cama.

-¡Suéltame! -se carcajea mientras yo trato de pegarle y empujarle para apartarle. Pero todos mis intentos son en vano, y el no para de burlarse mientras yo lloro sin control -¿¡Que te he hecho yo?!

-¿A mi? Nada. -responde en un tono divertido. -Eres solo otra elegida.

-¿Elegida? -pregunto asustada, tratando de controlar las lágrimas que fluyen sin mesura de mis ojos oscuros.

-Si, una mera presa más, bonita...

Mis sentidos están alerta, percibiendo cada susurro sutil que escapa de su boca... cada respiración rítmica que parece llenar el espacio con una presencia inquietante. Una sensación de opresión se apodera de mi pecho, dificultando incluso la tarea básica de respirar con normalidad. ¿Qué es esta entidad que se cierne sobre mí, amenazante y sin rostro, invadiendo mi espacio vital con su presencia indeseada?

Trago grueso -Quieres matarme, ya lo asumí ¿Pero por que todos estos juegos mentales para acabar con mi cordura?

-Me gusta divertirme con mis victimas...-anuncia riendo de manera escalofriante. -Acosarte, meterme en tus sueños... hacerte quedar como una loca. -vuelve a reír -Fue muy gracioso eso de ir al Psiquiatra... no lo había conseguido antes.

Trago grueso, buscando contener la calma. La incertidumbre se cierne como un manto oscuro sobre mi mente agitada, sembrando semillas de duda y desesperación en lo más profundo de mi ser.

-No eran sueños... todo fue real... -afirmo asustada, se inclina hacia mi rostro un poco mas, con sus ojos ocultos debajo de la máscara clavados fijamente en los míos.

-Pues si.

-¿Cuantas víctimas has tenido? -mi voz titubea, mostrando la fragilidad que no quería demostrar. A él parece extrañarle mi interrogante, pero responde igual mente al cabo de unos cortos segundos.

-¿Quieres ver tus posibilidades de sobrevivir? -cuestiona divertido, pero no obtiene respuesta de mi parte. Así que continúa -Muchas chicas, eh perdido la cuanta después de la quince... -responde con naturalidad lo que me causa aún más pavor. -¿Superare ya las cien...? ¿Que crees?

Mis manos tiemblan y mi corazón parece posarse en mi garganta, queriendo huír de mi pecho. Será este es mi destino ¿Este desconocido sellará el curso de mi existencia de manera escalofriante? ¿A que clase de enfermo me estoy enfrentando? ¿Acaso mi vida está destinada a ser tan corta? reducida a un instante de horror y desamparo en las garras de el, lo indescriptible... este maldito cobarde que acaba con la vida de almas inocentes por pura diversión.

-¿Por qué lo haces...? No tienes motivos para ello -pregunto con sierto resentimiento reflejado en mis ojos cristalinos.

-Quizás carezco de ellos, pero tampoco los poseo, ¿no es así? -su voz suena fría eh implacable, sin algún tipo de remordimiento. Aferrándome más.

-¡Eres un maldito psicópata! -chillo exaltada y el ríe.

-¿No era este tu sueño bonita?-se hacerca a mi un poco más y se dirige a mi oído - Siéntete afortunada, cumpliste tu deceo de tratar con uno, antes de morir.