Me encuentro en la biblioteca, rodeada de imponentes montañas de libros. Estoy trabajando en un proyecto universitario sobre medicamentos, sus nombres y usos. Meme aburre un poco, pero es importante que sepa hacerca de estos temas. Llevo horas inmersa en este trabajo, pasando páginas y absorbiendo información como una esponja.
Este proyecto en particular se centra en los medicamentos utilizados para tratar los trastornos psiquiátricos. A medida que leo sobre cada medicamento, no puedo evitar sentir una mezcla de asombro y humildad. Estos compuestos químicos tienen el poder de alterar la química de nuestro cerebro, influyendo en nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos.
Comprendo la importancia de comprender a fondo estos medicamentos, no solo para su uso seguro y eficaz, sino también para desestigmatizar las enfermedades mentales. Al educarme sobre las opciones de tratamiento disponibles, espero contribuir a una sociedad más informada y compasiva.
*Suena el celular*
Cuelgo sin tan siquiera ver la pantalla, me regañaran, los celulares están prohibidos. Después devolveré la llamada.
*Llega un mensaje*
Reviso el texto, es de mi abuela;
<Jess, se que estas ocupada pero tengo que hablar algo importante contigo, ven a la casa ahora>Suspiro, y recojo mis cosas.
Salgo de la biblioteca, parpadeando ante el repentino cambio de luz. El ambiente es húmedo y pesado, el cielo está completamente nublado. La lluvia cae con fuerza, creando un telón de gotas plateadas que oscurecen la ciudad. Este clima es normal en esta ciudad, donde las nubes parecen estar siempre al acecho, amenazando con desatar su furia líquida.
Me dirijo a la entrada del edificio y llamo a un taxi. Mientras espero pacientemente bajo la protección de mi paraguas oscuro, observo el ajetreo y el bullicio de la calle. Los peatones se apresuran, sus rostros ocultos bajo paraguas de todos los colores. Los coches salpican agua mientras pasan, creando charcos que reflejan las luces de la ciudad como estrellas fugaces.
El aire está impregnado de un olor terroso, mezclado con el aroma acre de la lluvia. El sonido del tráfico se mezcla con el repiqueteo de las gotas de lluvia sobre los techos y aceras. Es una sinfonía urbana que me resulta extrañamente reconfortante.
Mientras observo mi entorno familiar, mi atención se ve atraída por una figura solitaria a lo lejos. Una persona parece estar mirándome fijamente, su mirada penetrante a través de la cortina de lluvia.
Lo extraño es que el peso de su mirada no se siente repentino. Al contrario, parece que ha estado allí parado durante algún tiempo, observándome con una intensidad silenciosa. Es como si estuviera escaneándome, estudiando cada detalle de mi ser bajo las escasas gotas de agua que caen.
Me siento extrañamente inquieta bajo su mirada. No puedo distinguir sus rasgos faciales a esta distancia, pero hay algo en su postura, en el modo en que sus ojos parecen aferrarse a los míos, que me hace sentir incómoda.
Intento apartar la mirada, pero me resulta imposible. Estoy hipnotizada, atrapada... No sé quién es esta persona ni qué quiere, pero su presencia me llena de una mezcla de curiosidad y temor.
Miles de teorías se crean en mi cerebro ante aquel encapuchado de negro...
*El sonido del coche me trae devuelta a la realidad*
Comienzo a caminar hacia el vehículo con mi mirada aún fija en aquella figura que también me observa, sin mover un solo músculo.
Horas más tarde...
El taxi se detiene frente a una pequeña casa de dos plantas pintada de un alegre color celeste. Es idéntica a nuestra antigua casa en el pueblo, donde pasé tantos años felices con mi abuela. Los recuerdos inundan mi mente, dibujando una sonrisa en mi rostro.
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"Danzando Entre Las Sombras; El Baile Entre La Luz Y La Oscuridad".
Fiksi Penggemar***(EN EDICIÓN)*** Spoiler... Agarra con firmeza mi brazo, atrayéndome bruscamente hacia él en un movimiento repentino. -Agh -suelto un gemido de dolor. -¿Te duele cierto? -sigue burlándose mientras las lágrimas corren por mis mejillas. Mi corazón s...