Luego del pequeño episodio en el despacho de Remus, me dirigí a mi próxima clase: Transformaciones con McGonagall en la Torre Sur. Todos los alumnos se dirigían ya a sus clases, capas verdes y amarillas podían verse por los pasillos en dirección a la clase de la profesora McGonagall. Entre la multitud de alumnos que caminaban hacia la clase, divisé la cabellera rubia de mi primo, así que me apresuré para poder alcanzarlo.
Por desgracia, en mi apuro, choqué con quien menos quería, Ernie McMillan. No es que el chico no me agradara, el problema es que la situación se había vuelto un poco incómoda desde que lo había rechazado, especialmente porque, a pesar de mi negación a una cita en Hogsmade, seguía persistiendo, volviendo nuestros encuentros realmente incómodos.
—Dragneel, que bueno verte—saludó McMillan en cuanto me vio.
Le di una sonrisa de lado para no parecer descortés—Si, apenas y nos vemos desde la fiesta de navidad.
—Claro, además de esa vez que rechazaste mi invitación para salir a Hogsmade—hice una mueca ante la mención de ese evento incómodo y el hecho de que lo sacara a colación me pareció demasiado molesto.
—Bueno, no creí que quisieras hacer mención del suceso, ya que como lo mencionaste, me negué a salir contigo—respondí sin perder mi tono cortés y dándole una sonrisa de lo más cínica causando que hiciera una mueca de desagrado. Si su objetivo era incomodarme por el rechazo, había fallado con creces—Ahora si te haces a un lado...—hice una demás para que se apartara— debo llegar a mi clase de Transformaciones.
McMillan se movió sin decir nada más, así que finalmente pude llegar hasta donde se encontraba Draco, quien al parecer se había quedado a ver la escena.
—Si se atrevía a decir algo más, lo hubiera lanzado por las escaleras— dijo una vez me encontré a su lado para caminar hasta el salón de clases.
—No lo hubieras hecho— reí causando que frunciera el entrecejo— pero la intención es lo que cuenta— agradecí dándole una palmada en el brazo.
Una vez entramos a clase, Draco y yo tomamos nuestros asientos usuales, uno al lado del otro, mientras que Pansy y Blaise se sentaban atrás de nosotros, y Theo se sentaba junto a Millicent en los asientos de la fila contigua a la nuestra.
Durante la mayor parte de la clase nos dedicamos a apuntar en nuestros pergaminos acerca de la teoría de los encantamientos que nos daba, y lo que restaba nos dedicamos a la parte práctica.
Al terminar la clase nos dirigimos a Encantamientos con el Profesor Flitwick hasta que dieron las cinco de la tarde, hora a la que finalizaban las clases los días que no teníamos clase de Astronomía, como hoy.
Draco y yo nos dirigimos al campo de quidditch ya que teníamos práctica. Había sido una suerte que no nos descalificaran después de la bromita estúpida que le habían jugado Draco y Flint a Potter durante el partido de Gryffindor contra Ravenclaw.
Había decidido que molestarme ya era en vano, porque si incluso Flint, siendo el capitán, propiciaba estos comportamientos, era en vano siquiera molestarme en quejarme por ello.
El entrenamiento consistió en dos horas de ejercicio intenso y agotador y un poco de estudio de jugadas previas, y mientras tanto Pansy y Theo nos apoyaban desde las gradas. Finalmente Flint nos dejó marchar a todos a las duchas y vestidores para estar listos antes de la hora de la cena.
Yo agradecía tener el vestidor de chicas solo para mi. Hace algunos años solo había vestidor de hombres porque el de mujeres se había vuelto una especie de bodega para guardar equipo, ya que desde hacía varios años habían dejado de haber mujeres en el equipo de Slytherin. Cuando fui aceptada en el equipo junto a Draco en nuestro segundo año, recuerdo que Lucius nos vino a ver en nuestro primer partido y cuando descubrió que yo debía esperar a que los chicos terminaran de cambiarse para poder usar las duchas, así que luego de tener una charla con la Profesora Hooch, movieron el equipo y renovaron los cambiadores de chicas.

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Little Dragon (➾George Weasley & O/C)
Fanfiction¿Y si Sirius Black se hubiera casado con la mejor amiga de su difunto hermano? ¿Y si ambos hubieran engendrado a una niña que llevaba el nombre de una estrella y el apellido de un legado? ¿Y si se viera forzada a ocultarlo? Denébola Cordelia Black v...