Capítulo 19

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Enero en Escocia era una verdadera pesadilla. Me levantaba sin ganas de ir a clases por el tremendo frío, iba a clases con el uniforme, el suéter del uniforme, la túnica y la bufanda de mi casa, además de que a veces también me ponía un gorro de punto verde cuando debíamos ir a la clase de cuidado de criaturas mágicas.

En estas épocas pasaba más tiempo metida en la sala común junto a la chimenea que en cualquier otro lugar. Al menos podía ir por chocolate caliente y té a la cocina, porque de lo contrario ya hubiera muerto de hipotermia.

Pansy compartía el mismo sentimiento, ya que había hecho a Draco su calentador humano oficial. Si en un día común y corriente no se despegaba de él, ahora parecía que iban a fundirse entre sí.

Durante las primeras dos semanas no me topé con George en ninguna parte, lo que me ocasionó cierta melancolía, era esa necesidad de verlo aunque no hablara con él, ya saben, solo verlo de lejos estaría bien.

Por otro lado, Remus inició unas clases particulares con Potter, y que luego me obligó a ser parte de ellas. No es que no me interesara aprender hechizos avanzados, pero no entendí por qué la insistencia de aprender un encantamiento patronus si el que atraía dementores era Harry, no yo.

—El que ningún dementor haya ido por ti aún, no quiere decir que no lo hagan algún día—me dijo el otro día que fui a verlo a su oficina.

—Pero si Harry tiene más traumas que yo, te aseguro que a mi no me quieren—me encogí de hombros haciendo que me dirigiera una mirada feroz.

—Aprenderás Deneb— dió media vuelta para entrar a su despacho y lo seguí.

—¿Seguro que no buscas que me interese más en tu clase? Porque si me gusta pociones no es porque me agrade Snape.

Remus rodó los ojos con evidente fastidio—A veces ya no sé ni por qué me esfuerzo— suspiró con pesar.

—Ya, supongo que no es por celos entonces— me encogí de hombros y caminé hasta su baúl para sacar un chocolate.

—Realmente eres una mocosa— se quejó extendiendo la mano para que le diera el chocolate que había tomado.

Con rapidez, tomé un trozo y lo metí a mi boca, y luego le di lo que restaba, causando que me viera feo— aún así me quieres—hablé aún con el chocolate en la boca.

—Supongo...—esta vez fui yo quien le dirigió una mirada molesta, pero luego de unos segundos los dos nos echamos a reír: Lástima que cuando paramos de reirnos, Remus me devolvió la misma mirada seria que tenía antes.

—Deneb, es enserio, debes aprender a defenderte de los dementores. Eres la hija del hombre al que buscan, no creas que tarde o temprano querrán venir por ti.

Tragué grueso al ver la seriedad de la situación, es decir, ya sabía que los dementores buscaban a mi padre, pero tenía sentido que pudiera toparme con uno y que quisiera succionar mi alma.

Resignada le devolví la mirada a mi padrino—Bien, supongo que aprender hechizos nuevos no me hará daño, tal vez y me puedo graduar antes, de todas formas ya me sé hasta las pociones de sexto año— Remus soltó una pequeña risa pero pareció quitarse un peso de encima cuando accedí a aprender el encantamiento patronus por las buenas.

—Bien, te veré la próxima semana en mi despacho por las noches para practicar, y luego deberemos ir al bosque prohibido y lo haremos con un dementor real.

Abrí los ojos sorprendida porque eso era muchísimo más peligroso que con un boggart—no hay otra manera Deneb, a Harry puedo ayudarlo a entrenar con un boggart porque ese es su miedo, temo que contigo no funcionará de la misma manera.

Little Dragon (➾George Weasley & O/C)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora