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NARRADORA

Nuestra historia comienza en una pequeña aldea donde un grupo peculiar se encontraba de paso.

- Parece que tendremos que pasar la noche aquí.- habló el monje Xuangzang bajando de su caballo y observando a sus pupilos.

- Maestro, me temo que sólo a usted le darían posada en alguna casa, nosotros nos limitaremos con acampar.- explicó el hombre pez, Wujin, tratando de ver qué casa podría ser buena opción.

- No te preocupes Wujin, nos quedaremos juntos. Acampemos a la orilla de la aldea para no causar disturbios.

- Bien, me encargaré de hacer algo para cenar. El estómago está que ruega comida.- exclamó el hombre cerdo, Bajie, tras encender la fogata.

- Me sorprende que a esto se le llame aldea- se quejó Wukong observando las casas.- ¡Qué ridículo!

- A pesar de la sencillez hay que ser respetuosos Wukong.- le replicó su maestro sentado frente a la fogata. El nombrado solo rodó los ojos y se recostó con el grupo.

Después de cenar y una ligera pelea por la comida sobrante, los tres se encontraban profundamente dormidos. Sin embargo, una ligera vibración en la tierra haría despertar de un salto al Rey de los Monos.

Wukong sin esperar un segundo agudizó sus sentidos y puso atención a su alrededor.

- Hay energía maligna cerca.- habló en voz baja para sí mismo.

Un temblor más grande le hizo entender que aquello provenía de la aldea.

- ¡Todos! ¡Arriba! Hay un demonio en la aldea.- alertó al resto quienes despertaron alertas.

No pasó mucho para empezar a ver fuego en la aldea y escuchar gritos de terror.

- Wukong, hay que ayudarlos.- habló el monje y el nombrado asintió para dirigirse al combate.

Sin perder ni un segundo sacó su vara sagrada y comenzó a pelear. Se trataba de un demonio de fuego, quién a pesar de no ser muy grande era bastante poderoso pues había esparcido demonios más pequeños para desatar el caos.

Wukong comenzó su lucha y por su parte Wujin junto con Bajie comenzaron a destruir a los demonios más pequeños que iban tras los aldeanos.

Una vez más sin medir sus golpes o el cómo esquivaba ataques Wukong comenzó a dejar ciertos estragos en la pequeña aldea.

- ¡Cuidado! - gritaron cerca de él y sólo vio cómo alguien lo empujaba antes de dar su golpe contundente.

Cayendo de pie, rápidamente observó tras él para encontrarse con una chica que blandía una especie de espada con picos y enfrentaba al demonio.

Como pudo, la chica llevó al demonio a orillas del pueblo, alejándolo de las casas y de las personas, en ese momento Wukong se acercó e interrumpiendo su combate, volvió a intentar su golpe contundente hacia el demonio.
Está vez la chica se hizo a un lado y el demonio fue derrotado, sin embargo, la batalla no paró pues Wukong no tardó para lanzar su bastón hacia la mujer.

- ¡Oye! - se quejó ella esquivando el bastón y recibiendo con su arma el siguiente golpe del Rey Mono.

- ¿Quién te crees?- le cuestionó Wukong tomando su bastón de regreso y preparando el siguiente golpe.- Por si no lo sabes te metiste con el tipo equivocado.

- No soy tu enemiga.- habló la chica tratando de mantener la distancia de un mono claramente molesto.

- Eso no me importa.- dijo y volvió a atacar pero está vez su ataque se vería interrumpido por la sorpresa, pues de los hombros de la chica surgirían un par de alas que ocuparía para tomar altura e intentar esquivar el ataque. Wukong más molesto también se alzó y de un golpe rápido la tiro al suelo, la chica se reincorporó con rapidez y atenta volvió a esquivar la vara.

Libertad - Sun Wukong x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora