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Narradora

Tras varios días de camino habían llegado a una zona montañosa que solo les permitía seguir por un angosto camino, por lo que el grupo se acomodó para dejar al monje en el medio, pudiendo protegerlo de cualquier amenaza. Bajie y Wujin iban a la cabeza, Xuanzang en el medio montando su caballo y Wukong con Liz detrás de él. Para cierta sorpresa del resto del grupo estos últimos mantenían una plática bastante animada. 

- Y fue así como conseguí mi bastón sagrado.- comentó Wukong orgulloso para finalizar su anécdota. 

- Supongo que hasta cierto punto es bastante similar a lo que cuenta la leyenda.- dijo Liz caminando a la par del mono. 

- Ya te dije, a la gente le gusta exagerar en algunos puntos mis historias.- Wukong movía de un lado a otro su bastón manteniendo la atención de la chica.- ¿Qué hay de la tuya? Me refiero a tu arma, no la he vuelto a ver desde que nos conocimos en aquella pequeña aldea.

Liz observó su cintura, en ella colgaba su arma envuelta en un vendaje de tela gruesa que cuidaba el filo.

- Bueno, no la he sacado porque no se ha necesitado.

- Pudiste ocuparla con el ave Peng que te atacó.- señaló Wukong.

- En esa ocasión la dejé en el campamento.- dijo Liz algo apenada.- La verdad, no pensé en necesitarla. 

- Bueno, y ¿qué es?- preguntó Wukong dejando ver su curiosidad.- Cuando la vi, recuerdo que me llamó la atención porque no se veía como alguna otra que haya visto. 

- Y en eso tienes razón, de acuerdo a lo que me han contado es un arma proveniente de mi aldea, una de las tantas cosas que aquellas personas trajeron.- comentó Liz para tomar su arma y comenzar a quitarle la tela.- Se llama macuahuitl.

Liz le extendió su arma al Rey Mono para que este pudiera apreciarla.

- Tras algo de investigación, descubrí que la base es cedro recubierto por cuero, mientras los filos son obsidiana tallada.- explicó la chica.- Al principio no fue fácil darle mantenimiento y mucho menos aprender a usarlo, pero después de un tiempo y algo harta de herirme intentando finalmente logré dominarlo. 

- Así que a eso se deben las cicatrices en tu brazo.- dijo Wukong observando el macuahuitl con una notable sorpresa.- Wow Liz, has logrado algo poco común.

La chica le miró algo confundida.

- Estoy genuinamente sorprendido.- se explicó Wukong.- En todos mis años, nunca vi un arma similar, ni siquiera había oido de ella.- el Rey Mono le regresó su arma con una sonrisa.- Y mucho menos me hubiera imaginado el conocer a alguien que la usara.

Liz sonrió sintiendo un ligero ardor en sus mejillas provocado por el comentario de Wukong. Sacudió un poco su cabeza para alejar la emoción y guardó su arma. Continuaban avanzando hasta que un repentino relámpago iluminó el cielo y generó un gran estruendo entre las montañas. El caballo de Xuanzang se alteró ante el sonido por lo que Sanjie se acercó a calmarlo.

- Parece que una tormenta se aproxima. Será mejor buscar un refugio.- comentó el monje viendo a Wukong con preocupación. Este asintió y cambiaron rumbo para acercarse a una de la cuevas que podían divisar entre las montañas.

- Este lugar debe funcionar.- comentó Wukong observando el interior de una cueva amplia. El grupo ingresó para comenzar a montar una fogata.- Bajie, ven conmigo, vamos a echar un vistazo a ver qué tan grande es.

Con eso, Wukong y Bajie se introdujeron más en la cueva hasta perderse de la vista del resto. Pasado un rato el dúo regresó, encontrando al resto descansando al rededor del fuego. 

Libertad - Sun Wukong x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora