4

89 12 2
                                    

NARRADORA

La chica se sentó sobre el césped y comenzó a jugar con él. Wukong, a sólo unos pasos, la imitó.

- Sabes, sabía que las preguntas llegarían pero no las esperaba de ti.- confesó la chica.

- Todos tienen dudas, pero soy el único que se impacienta por hacer algo al respecto.- Wukong le miró.- Ahora dime, ¿por qué te uniste a nosotros? Y está vez sin mentir.

La chica rió un poco y contestó:

- No les mentí al decir que me mandaron a acompañarlos. Aunque no fue el Emperador de Jade ni ninguno de los dioses.- se explicó.- Pertenezco a un reino del sur, es grande y basto con un rey bastante exigente llamado Haruto. Él, en un intento de ser reconocido por los dioses me ofreció al emperador para poder acompañarlos, serles útil en su travesía. El emperador aceptó y me dio un emblema del palacio de Jade, una muestra del compromiso hacia esta misión. Gracias a mis alas los alcancé en cuestión de días, y ahora estoy con ustedes.

- ¿Por qué tú?- Wukong preguntó casi por inercia.

- Soy lo más útil que podía mandar el reino. Una criatura con alas y entrenada para la guerra suena mejor que ofrecer a una cuadrilla de guerreros.- la chica rió un poco por su propio comentario- En fin, el rey Haruto sólo busca aprobación así que mi tarea es dejar en claro que mi participación es por parte del reino. Básicamente no morir en el viaje y de pasar, hacerlo como una mártir.

- Que tontería.

- Es lo que se tiene que hacer.

- ¿Tú por qué aceptaste?

- No es como que tuviera muchas opciones.- admitió la chica. Wukong la miró con duda.- Es complicado...

- Hazme entender Elizabeth.- Wukong se veía muy serio esta vez y se acercó más a ella.- No puedo confiar en ti si no entiendo, los huecos dentro de tu historia no ayudan. Dijiste todo y nada cuando discutimos, podrías empezar por ahí.

- ¿Y qué obligación tengo de contarte todo?- cuestionó la chica.

- Ninguna.- Wukong cruzó los brazos - Pero me las arreglaré para sacarte de esta misión, ya te lo dije, esto se trata de confianza.

- Maldito mono mañoso.

- Puedo vivir con eso.

- Bien.- Elizabeth se golpeó mentalmente, Wukong definitivamente era insoportable y no la dejaría en paz hasta obtener más respuestas.- No entraré en detalles, aclaro.

- De acuerdo.

- Ya te lo había dicho, soy de un país en el continente americano, no estoy muy segura del nombre y lugar exacto pero provengo de una aldea muy antigua de la zona. En mi aldea mi llegada fue recibida con los brazos abiertos, mis alas fueron vistas como un don, una bendición para ayudar a mi pueblo y por unos años así fue, pero lo malo nunca se ve venir.

Yo tenía ocho años cuando personas de este lado del mar llegaron a mi aldea y su sola llegada acabó con todo. Aparecieron para saquear, al parecer una leyenda de que teníamos oro a montones y otras piedras preciosas los había llevado con nosotros; al final,  al no encontrar nada de eso optaron por terminar con todo. Mataron a todos los adultos, mis padres incluidos, por otro lado tomaron presos a todos los menores. Nos trajeron a Oriente y  tras un viaje en el mar que parecía eterno nos pusieron a la venta, ofreciéndonos como mascotas exóticas traídas del otro lado del mundo. Ahí es donde entra mi rey, Haruto vio lo extraordinario en mí y me compró. No tardó en darse cuenta de mis habilidades así que me puso en entrenamiento, estaba decidido a crear al guerrero más fuerte para llamar la atención de los dioses. Al final, su oportunidad se presentó y aquí estoy.

Libertad - Sun Wukong x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora