Narra Aria...
Soñé que alguien me perseguía, corría con todas mis fuerzas pero escuchaba que se acercaba cada vez más, podía sentir su respiración agitada en mi nuca.
Había un ruido de fondo estruendoso, como si chocarán tapas de botes de basura una contra la otra, el ruido no se iba y yo seguía corriendo, queria gritar pero no me salia la voz.
El sonido del piso cambió, ya no sonaba como asfalto, de sentía terroso, cuando por fin me había dado cuenta tropecé con algo, tal vez una piedra, y el vacío que sentí al caer hizo que me despertara.
Es de día, lo sé por el sonido de los pájaros, y la sensación quemante del sol entrando por la ventana, cuando sucede así, la alarma suena segundos después.
Luego de apagarla y secar el sudor que caía por mi frente, mi teléfono empezó a vibrar y lo tomé entre mis manos.
- ¿Bueno? - interrogaba.
- Buenos días Aria, ¿cómo estás?, es Lisbeth. - escuchaba su voz apacible del otro lado de la línea.
Lisbeth es la asistente de producción del podcast, es eficiente, puntual, amo su olor, siempre huele a limpio, y es distante, cordial pero cada quien a lo suyo, eso es lo que más me gusta.
- Bien Lisbeth, cada vez me llamas más temprano. - bromeé.
- Sí, bueno, a lo que iba, te enviamos un taxi, debe llegar en cualquier momento, te necesitamos aquí en el estudio para grabar el especial por los 2 años del podcast. - me informaba ella, mientras yo me levantaba de la cama para irme alistando.
- Ah si, la sesión de preguntas y respuestas.
- Exactamente, no te preocupes por el desayuno, los patrocinadores nos tienen algo preparado.
- Que bien, gracias por llamar.
- Es mi trabajo, nos vemos aquí.
- Bye.
Colgué el teléfono, me duché con agua tibia, enjabono mi cuerpo hasta que siento espuma en mis manos, luego tallo con la esponja hasta que siento mi piel rechinar y salgo de la ducha, cepillo mis dientes exhaustivamente y limpio mis oídos, el otorrino me dijo que solo debía limpiar por fuera, que por dentro me haría daño, pero me da repulsión sentir cera en los oídos.
Las luces están encendidas, ¿por qué estarían encendidas?, siento el calor que emanan las bombillas de los techos, solo tengo los aros de luz encendidos en la misma posición desde que los usé por primera vez, porque es necesario que cuando tengo pauta y deben verme o tenemos alguna reunion, me vean con claridad, pero casi nunca tengo nada encendido.
Me vestí, tomé un pantalón vaquero alto que me llega más arriba de la cintura, es muy cómodo, una blusa que según me dijo la de la tienda es de color rojo, así que tenía que combinarlos con zapatos del mismo color.
Busqué con los pies por el piso los zapatos que queria usar, pero solo encontré un par, siempre estan juntos, ¿dónde está el otro?
Me agaché y lancé mi mano por debajo de la cama sintiendo con mi mano un lazo.
- No, esta no es, la zapatilla roja no tiene lazos. - murmuré mientras estiraba mi brazo.
Luego al fin lo encontré, de repente apareció ante mi tacto en el suelo de madera, luego de vestirme por completo tomé mis gafas de sol y las usé, soy ciega pero la sensación de calor del sol sobre mis ojos duele.
No me gusta usar el bastón, por eso me deshice de él hace tiempo, con Daisy no me hacia falta ningún bastón, además ni siquiera salgo.
Salí de la casa, escuché cuando el taxista bajó para ayudarme a subir.