Capítulo 10 "Noticias de última hora"

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Narra Aria...

Escuché que alguien entró a la sala de interrogatorios, se oía apresurado.

- Capitán, creo que tenemos al ladrón que huyó. - informaba el que entró.

(...)

Me llevaron a otro sala, me explicaron que del otro lado del vidrio se encontrarían varias personas y debía reconocer al ladrón, les dije que podía reconocer su voz.

- Haz que hable. - ordenaba el capitán.

- De acuerdo, sospechoso número 1 lee lo que dice el papel frente a ti.

No decían nada, nadie hablaba, solo había silencio.

- Idiota, necesito que hables ahora o te patearé el trasero. - ordenó el capitán yo temblé un poco por sus gritos.

- De acuerdo, las rosas son rojas, las violetas azules, ¿en serio?, ¿un poema? - interrumpía el sospechoso.

- No, no es él. - dije en voz baja.

- ¿No?, de acuerdo, el siguiente, número 2.

- Rosas rojas, violetas azules...

- De nuevo, alza la voz.

- Rosas rojas, violetas...

- No, él tampoco es... - aseveré.

- Ok, número 3.

- ...

- Dije... Número 3. - el capitán se había enfurecido.

- las rosas... Las rosas son rojas, las violetas azules.

- Pídale que lo repita de nuevo. - solicité.

- ¿Lo tienes?, ¿Es él? - me interrogaba.

- Dígale por favor que lo diga de nuevo.

- Número 3, empieza de nuevo.

- ¿Es en serio?, bueno...

Entonces los nervios se me congelaron y la cabeza me empezó a doler, recordé esa voz diciéndome muchas veces "¿Aria?, este es tu pedido, buenas noches."

- Es él... - aseveré.

- ¿Estás segura? - cuestionó uno de los oficiales.

- Que sí, que estoy segura, él tiene mi dinero.

Luego de muchas horas sin dormir, de estar asustada y sola en un pasillo cubierta por una enorme chaqueta del capitán de la división, el mismo se acercaba a mí, ya sabía diferenciar sus pasos de los demás y su olor a perfume almendrado.

- Señorita...

Me levanté al escucharlo.

- Siéntese, el muchacho estará detenido y bajo investigación, no ha dicho nada del dinero, dice que no lo tiene.

- Claro que lo tiene.

- Ya lo registramos, no tiene nada, dice haber extraviado el frasco.

- ¡Está mintiendo!

- Cálmese por favor, no podemos hacer más nada, registramos la zona de su domicilio y no encontramos ningún frasco con las características descritas.

Entonces un vacío me llenó el estómago abriéndole un agujero hasta mi corazón, dos años se habían ido a la basura, dos años ahorrando sin parar, cohibiendome de viajar, comprar cosas o alimentarme como quería, no sirvió de nada tanto esfuerzo, y nadie pagará por eso.

- ¿Tiene a dónde ir?, su casa permanecerá custodiada por investigaciones, podemos llamar a algún familiar suyo. - uno de los oficiales de policía que me interrogaba se ofrecía con amabilidad.

CAECUS: NIKTO (SAGA COD #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora