Narra Aria...
Lo tenía justo en frente de mi, a centímetros rozando mi cara, sintiendo su suave piel irregular, y no lo besé, ¿por qué diablos no lo besé?, cubría mi cara con una almohada y ahogaba mis gritos de frustración en ella.
Me encontraba trabajando desde otra habitación para que Nikto arreglara la puerta de mi habitación principal y que no me molestara el ruido, ni siquiera tuve que decirle que lo hiciera, simplemente empezó a hacerlo.
En una pausa sentí mucha curiosidad por buscar el significado de su nombre.
- Vita, ¿qué significa Nikto? - interrogué.
- Nikto, del ruso "nadie", espero que mi respuesta te haya ayudado. - respondió el asistente.
Nikto y Aria, nadie y sola, parece que somos compatibles al menos en la etimología de nuestros nombres...
Narra Nikto...
Dijo que nuestro rostro era suave, que porquería, miente tan bien que ni siquiera nos dimos cuenta al momento en el que lo decía.
Luego de arreglar la puerta que habíamos derribado para entrar, nos empezamos a preparar para irnos de aquí.
Desde donde nos encontrábamos podíamos escuchar la música que ponía Aria, todos los días, al menos una hora por las tardes escuchaba casi siempre las mismas canciones, unos días las canciones eran mas alegres, otras mas tristes, no dependía de su ánimo el estilo de la música, simplemente las hacia sonar y ya, independientemente de su humor.
Sin embargo, por muy triste o alegre que pudiera parecer la música, siempre había una que se repetía al menos dos veces, era la primera y la última que escuchaba siempre.
Salimos un rato al bosque, el lugar es tan aislado que es seguro para nosotros, necesitamos aire fresco, ésta máscara nos está consumiendo.
Desde el bosque podíamos escuchar a lo lejos esa canción sonar, la que siempre se repetía, ella lleva unas rutinas muy estrictas, con alarmas a toda hora, se mueve constantemente por toda la casa y nos hace pensar que su motivo es no volverse loca, trata de mantenerse cuerda entre tanta soledad y oscuridad.
Limpiamos nuestra cara con el agua helada del río de detrás de la casa, cerrando los ojos para no ver nuestro reflejo en el agua, nos incomoda enormemente, y nos preguntamos si llegará el día en el que podamos aceptar nuestra anatomía facial con conformidad.
Decidimos entrar de nuevo a la casa, ya teníamos muchas horas ahí afuera, mientras nos acercabamos a la cocina más fuerte sonaba la música, pero era una canción suave, ¿en qué idioma está esa canción?, ¿italiano?, ¿español?, sólo puedo identificar la voz del cantante, he escuchado de el.
Intentamos sorprenderla en la cocina, pero ella ya se había percatado de nuestra presencia.
- ¿Por qué escuchas tanto esa canción? - interrogamos.
Aria se encontraba de espaldas a nosotros contando el dinero que se encontraba dentro del frasco.
- ¿No te gusta Andrea Bocelli?
- Ah, ¿es el?
- Claro.
Entonces una de las voces mas hostiles dentro de mi tomó el control y atacó preguntando de forma sarcástica.
- ¿Te gusta porque es ciego igual que tú? - luego de que escupiesemos eso nos detuvimos en seco.
- Es una inspiración, claro, ¿por qué no? - respondió ella, dejándonos claro lo poco que le afectó el comentario previo.
