Capítulo 5: El enigma se profundiza

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ELEANOR

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ELEANOR

Me desperté con un peso en el pecho, el sueño mezclado con la incertidumbre que nos envolvía. Un nuevo día comenzaba, y con él, la ardua tarea de continuar la investigación.

Las clases se convirtieron en un escenario de distracciones. Las palabras de los profesores resonaban en mis oídos como un eco lejano, mientras mi mente se debatía entre las pistas, los enigmas y las preguntas sin respuesta.

Bastien y yo nos refugiamos en la biblioteca, un oasis de silencio en medio del bullicio del internado. Hojeando libros polvorientos y revisando antiguos anuarios, buscábamos cualquier indicio que nos llevará a la verdad.

Bastien rompió el silencio, fruncía el ceño mientras hojeaba lo que parecía ser un anuario.

—He estado revisando los anuarios de los años 80. No hay nada sobre Edward Lowell, ni siquiera una mención.

—Es extraño. Si era un estudiante tan brillante, debería haber algún registro.

—A menos que alguien se haya encargado de borrarlo.

Me estremecí. La idea de que alguien estuviera manipulando la información era aterradora.

—Pero, ¿por qué? ¿Qué hay que ocultar? —murmuré.

—No lo sé, pero cada vez estoy más convencido de que hay algo más en esta historia de lo que aparenta —expresó con un semblante serio que reflejaba su preocupación.

De repente, un libro antiguo me llamó la atención. Su título, "Los chismes y secretos de L'École De La Rose", más que un libro parecía un diario, la portada estaba escrita a mano. Lo abrí con cautela, sin saber que sus páginas contenían la clave que desataría una tormenta de revelaciones.

 Lo abrí con cautela, sin saber que sus páginas contenían la clave que desataría una tormenta de revelaciones

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Pasamos horas leyendo el libro, absorbiendo cada palabra como si fuera agua en el desierto. Algunas de sus páginas narraban la historia de una sociedad secreta que existió en el internado hace décadas, la describía como una red de estudiantes que practicaban actividades ilegales.

—No puedo creerlo. Una sociedad secreta... ¿y si Edward Lowell era parte de ella? —tartamudeé.

Bastien asintió.

—Es una posibilidad. Tal vez quiso salirse y por eso lo mataron.

Un nuevo objetivo se grabó a fuego en nuestras mentes: descubrir quiénes eran los miembros de la sociedad secreta y descubrir la verdad sobre la muerte de Edward Lowell y qué relación tenía todo esto con el señor Bernard.

Al reunirnos en la habitación de los chicos con Lizzy y Esteban, compartimos nuestro hallazgo con una mezcla de emoción y nerviosismo.

Lizzy abrió los ojos como platos.

—¡¿Una sociedad secreta?! Esto es una locura.

—Podría ser la clave que nos ayude a resolver todo— dijo Esteban frotándose la barbilla de forma pensativa.

—Tenemos que encontrar a los demás miembros de la sociedad. Ellos saben lo que sucedió realmente —sugerí.

Cada vez nos acercábamos más a la verdad, pero también al peligro.

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