ELEANOR
La espesa bruma del bosque aún se aferraba a los árboles cuando emprendimos el camino de regreso al internado. El silencio solo era roto por el crujir de las hojas bajo nuestros pies y el ocasional canto de un ave nocturna.
Mis pensamientos eran un torbellino de emociones. El miedo de la noche aún palpitaba en mi pecho, pero también sentía una extraña mezcla de alivio y agradecimiento hacia Bastien. Su valentía y determinación me habían salvado la vida.
No pude evitar mirarlo de reojo mientras caminaba a mi lado. Su perfil se recortaba contra la tenue luz de la luna, y por un momento me perdí en sus ojos azules, profundos e intensos como el mar.
De repente, Bastien rompió el silencio con una sonrisa arrogante.
—Bueno, debo admitir que lo hice bastante bien, ¿no creen? —dijo con un tono de voz presuntuoso.
Lizzy resopló con fingida indignación.
—Oh, por favor, Bastien. No seas tan egocéntrico. Todos contribuimos a escapar de esa cabaña infernal —replicó con sarcasmo.
Esteban asintió con la cabeza en señal de acuerdo.
Bastien se encogió de hombros con fingida indiferencia.
—Está bien, está bien. Admito que ustedes también tuvieron un papel importante. Pero seamos honestos, ¿quién más podría haber derrotado a ese tipo encapuchado? —dijo con una sonrisa arrogante.
Rodé los ojos, tratando de ocultar mi creciente irritación. La arrogancia de Bastien a veces era exasperante, pero también tenía un cierto encanto que me atraía inexplicablemente.
—Bastien, no seas ridículo. No sabemos quién era ese tipo ni por qué nos perseguía. Tal vez no era tan peligroso como crees —dije con un tono de voz cortante.
Bastien me miró con una expresión burlona.
—Oh, Eleanor, no seas tan ingenua. Ese tipo era claramente un criminal peligroso. Y si no hubiera estado yo allí para salvarte, ¿qué habría pasado? —dijo con un tono de voz condescendiente.
Mi temperamento comenzó a hervir. No podía soportar que Bastien me tratara como si fuera una niña indefensa.
—¡Ya basta, Bastien! No necesito que me rescates. Soy perfectamente capaz de cuidarme sola —dije con un tono de voz firme.
Bastien se quedó en silencio por un momento, sorprendido por mi arrebato. Luego, una sonrisa ladina se dibujó en su rostro.
—Ah, Eleanor, siempre tan independiente —dijo con un tono de voz ronco que me envió escalofríos por la espalda.
Su mirada recorrió mi cuerpo, deteniéndose en mis labios por un instante. Un calor inexplicable se apoderó de mí, y de repente me sentí incómoda bajo su mirada.
Lizzy y Esteban, que habían estado observando la escena en silencio, intercambiaron una mirada cómplice.
—Bueno, creo que es hora de que dejen de discutir y sigamos nuestro camino al internado—dijo Lizzy rompiendo la tensión entre nosotros.
Sus palabras me sacaron de mi estupor. Asentí con la cabeza en silencio, sin atreverme a mirar a Bastien a los ojos. La tensión entre nosotros era palpable, y no sabía cómo interpretarla.
Continuamos nuestro camino en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos. La bruma del bosque parecía reflejar la confusión que reinaba en mi mente.
Bastien caminaba a mi lado, una sonrisa burlona en su rostro. No podía evitar sentirme incómoda bajo su mirada penetrante, como si estuviera escudriñando mi alma.
—¿Qué pasa, Sherlock? ¿Te has quedado sin palabras? —dijo con un tono de voz arrogante.
Lo miré con desdén, tratando de ocultar el rubor que se apoderaba de mis mejillas.
—No tengo nada que decirte, Bastien —respondí con un tono cortante.
Él se rió, una risa profunda y contagiosa que resonó en el bosque.
—Oh, Eleanor, no seas tan seria. Solo estoy bromeando —dijo con un guiño.
Su humor me irritaba aún más. No podía creer que se tomara tan a la ligera la situación en la que nos habíamos encontrado esta noche.
—No es gracioso, Bastien. Casi nos matan —dije con un tono de voz firme.
Bastien se encogió de hombros con fingida indiferencia.
—Bah, solo fue un pequeño susto. No hay nada de qué preocuparse —dijo restándole importancia.
Mi paciencia se estaba agotando. No podía soportar su despreocupación e insensibilidad.
—¡Basta, Bastien! No quiero seguir escuchándote —dije con un tono de voz exasperado.
Me di la vuelta y comencé a caminar más rápido, alejándome de él. Pero Bastien no tardó en alcanzarme.
—Eleanor, espera —dijo tomándome del brazo.
Me solté de inmediato, fulminándolo con la mirada.
—¿Qué quieres? —pregunté con un tono de voz frío.
Bastien me miró a los ojos, y por un momento pude ver una chispa de vulnerabilidad en ellos.
—Eleanor, lo siento. No quise molestarte —dijo con un tono de voz más suave.
Sus palabras me desconcertaron. No estaba acostumbrada a ver a Bastien tan arrepentido.
—¿Lo dices en serio? —pregunté con un tono de voz dubitativo.
—¡Claro que no! —dijo con una carcajada que me hizo enfurecer aún más.
—¡Eres insoportable! —exclamé con indignación.
Lizzy y Esteban, que habían estado observando la escena en silencio, no pudieron contener la risa.
—¡Oh, chicos, dejen de discutir! —espetó Lizzy entre risas—. Ya casi estamos llegando.
—Tienes razón, Lizzy —dijo con un tono de voz más tranquilo—. No es momento para tonterías.
Continuamos nuestro camino en silencio hasta llegar al internado, la tensión entre nosotros aún palpable.
Al llegar al majestuoso edificio de piedra, nos despedimos de Bastien y Esteban, quienes se dirigieron a sus respectivos dormitorios. Lizzy y yo caminamos al nuestro.
Llegamos a nuestra habitación y mientras nos preparábamos para dormir, dejé que un suspiro de alivio escapara de mis labios. A pesar de la estupidez de Bastien y la tensión entre nosotros, había una sensación de camaradería entre los cuatro que no podía negar. Sabía que, de una forma u otra, esta noche nos había unido de una manera que nunca antes habíamos experimentado. Y aunque el futuro seguía siendo incierto, me sentí reconfortada al saber que no estaba sola en esta extraña y peligrosa aventura. Con esa certeza en mi corazón, me sumergí en un sueño reparador, lista para enfrentar lo que el mañana nos deparará.
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INK & BLOOD
Gizem / GerilimEn el prestigioso internado L'École de la Rose, el profesor Bernard es encontrado muerto en su oficina, desencadenando una intensa investigación donde cuatro estudiantes, Eleanor, Bastien, Lizzy y Esteban, se ven envueltos en una red de sospechas, s...