𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊 𝙻𝚞𝚗𝚊:
Agarro el control del tele y pongo Netflix mientras me tiro en mí sillón. Agarro una manta y me tapo hasta la nariz emocionadamente.
Mí jefe me había dado dos semanas libres y a Benja también para que descansemos y luego volvamos al trabajo devuelta. Yo aprovechaba al cien por ciento estás mini vacaciones.
Dormía casi todo el día y salía de vez en cuando para comprar algo. Pero mí día se basaba en estar en piyama y en el sillón, con las cortinas cerradas y viendo televisión.
Era paz total. Por fin un descanso de la vida.
No había sabido nada más de el chico infumable desde ese día que lo vimos en la televisión con Benja. Se me hizo rarísimo porque no tenía la pinta de ser famoso o algo así. Modelo capaz si, por la altura, pero el estilo de ropa era lo menos buscado para un modelo.
Mientras que los otros días en la heladería seguían siendo aburridos por la poca gente que hacía pedidos, no sentir la presencia de aquel chico la hacía sentir mucho más alegre. Según Benja se notaba.
Mientras se reproducía Gossip Girl en el tele, yo dibujaba cualquier boludes que se me venga a la cabeza en el instante. Al principio intenté dibujar a Blair pero mejor ni hablar del resultado. Así que simplemente dejé que mi imaginación volara y dibujara garabatos hasta poder encontrarle la forma.
Supongo que lo que terminé dibujando en el pedazo de papel con lápiz fue una clara demostración de mis sentimientos últimamente, era un torbellino sin vuelta atrás.
Solté mí cuaderno en el sillón donde mí cuerpo descansaba. Sacudí mí cabeza en busca de calma y claridad, pero no lo lograba. Pause la serie y me tomé un minuto de calma con puro silencio que habitaba siempre en mí departamento.
Mí familia era la gran molestia de mí cabeza. Meterme a ese trabajo tan estupido que fue el primero que encontramos, el cual no tenía nada que ver con la carrera que yo quería estudiar y que nunca estudié pero anhelaba poder estudiarla.
Todos los días teniendo que volver al departamento que me compraron para que haga de mí vida y no viva con mis tíos mientras ellos volvían a Italia como si nada. Dejándome sola en un país desconocido sin estudio, solo un estupido trabajo inservible.
Mí cabeza estallaría en cualquier momento, recordarlo me daba mucha bronca. Siempre tendría presente en mí memoria la primera vez que me subí a un avión para alejarme de todo lo que amaba en mí país. Dejar el arte para siempre, sin chance de estudio aquí.
‘—¿Perché devono andare? (¿Por qué tienen que irse?)— pregunté tomando la esquina del vestido de mí mamá y levantando al cabeza para poder mirarla.
—Te lo abbiamo già detto Lulù, l'Italia non fa per te ma lo è per noi (Ya te lo dijimos Lulu, Italia no es para ti pero si lo es para nosotros)— respondió mí mamá mientras tomaba sus valijas y se alejaba cada vez más de mí.
Mí mente inofensiva de siete años no lograba procesar el porqué de todo. Mis padres atravesaron la puerta de la casa de mis tíos y no supe nada más de ellos en años. Solamente los regalos en mis cumpleaños y navidades, de vez en cuando algo que escuchaba de mis tíos, pero nunca más volví a sentir sus abrazos.
Nunca sus buenos días, ni tampoco el aroma a la comida Italiana que había todos los días en casa. Fueron cosas que terminaron a muy temprana edad y que nunca más volverían a estar en mí.’
Unos toques en la puerta me hicieron salir de mí trance y hacerme olvidar el pensamiento que acababa de tener.
Arrugue la frente y me levanté del sillón. Caminé vagamente hasta la puerta y la abrí sin importar mucho como me encontraba vestida.
Okey, mí mundo se acaba de caer abajo gracias a la persona que tenía en frente.
—Hola Rulos, desde hace unos días que no te veo ni a vos ni a tu amigo en la heladería— dijo como si nada escaneado mis fachas—. Había dos chicas muy malhumoradas atendiendo pero ninguna se comparaba con tu cara de orto.
Sonreí sarcásticamente y le cerré la puerta en al cara. Di media vuelta y caminé devuelta al sillón, otra vez se escucharon dos golpes en la puerta de madera.
—¿Puedo pasar?— preguntó cuando le abrí la puerta devuelta.
—No.
—Voy a pasar igual.
Me tomó de sorpresa y en un abrir y cerrar de ojos tenía a Slenderman metido en mí departamento, chusmeando todo.
—Me sabía el camino de memoria de tantas veces que me pediste que te acompañara— dijo echando un vistazo a lo que estaba viendo en la tele.
—Nunca te pido, siempre me seguís vos.
Chasqueó la lengua varias veces y movió su dedo índice negando.
—Tranqui, si no querés admitirlo está bien. Total, yo soy todo un caballero así que te puedo acompañar a tu casa las veces que quieras— se tiró en el sillón como si nada y yo me quedé estática en la puerta.
Cuando entendí que no podía permitir que este nene esté acá, moví mis piernas hasta quedar frente suyo.
—Permiso, intento de ver el capítulo— dijo haciendo unos gestos con la mano para que me moviera.
—Andate de mí casa— dije cruzandome de brazos en mí lugar. Él no se movió y pause la serie—. Si no te vas llamo a la policía.
Blas soltó una risita irónica antes de pararse del sillón. Quedamos frente a frente con nuestros cuerpos rozando. Levanté la cabeza para poder mirarlo a los ojos por la diferencia de altura entre los dos. Sus ojos demostraban clara incredulidad y sus lunares eran estrellas en una noche nublada. Que cursi por dios.
Levantó los brazos en forma de inocencia y caminó hasta la puerta. Yo lo seguí con mí mirada hasta que atravesó la puerta y volví de mí trance.
Sigo con la idea de llamar a la policía.
☪
ESTÁS LEYENDO
𝚁𝚞𝚕𝚘𝚜 || 𝙱𝚕𝚊𝚜 𝙿𝚘𝚕𝚒𝚍𝚘𝚛𝚒
Romance-Tus rulos combinan con los míos. -Pero los míos siempre serán más lindos. ☪ Lenguaje Argentino. Inicio: 14/05/24. Final: 26/06/24.