XV

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𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊 𝙻𝚞𝚗𝚊:

Sus labios contactaron con los míos otra vez mientras sentí sus manos agarrando mí cintura.

Este pibe me tenía loca, la re puta madre.

Corrió mis rulos de mí rostro para que tenga mejor visión de su rostro. Me empujó contra la pared y quedé ahí acorralada.

Sus labios completamente húmedos sabor cereza parecían danzar de una forma perfecta. Sin necesidad de tener que corregir algo en su forma de hacerlo.

Cómo si nuestros labios encajaran como la última ficha del rompecabezas de un millón de piezas. Era solo él y yo en lo que es la habitación de Blas, sintiendo nuestros cuerpos calentarse de a poco con el tacto de nuestras manos.

Lo malo es que su bigote de mierda me pinchaba, era como chapar a un señor de sesenta años con bigote. Pero sigue siendo perfecto.

Escuché como una puerta se abría en el departamento, pero por suerte no era la de la habitación.

Mientras que Agustín bajaba por mí cuello con más besos y succiones, intenté escuchar otra señal de que alguien estaba en el departamento, y si, definitivamente alguien estaba acá.

Lo empuje de los hombros y me miró confuso.

-Alguien llegó- dije acomodándome la remera. Él agarró su celular y se tiró en mí cama para disimular. Yo repetí su acción y segundos después la puerta de la habitación de abrió dejando ver a un Blas con el cejo fruncido-. Llegaste temprano.

-Vine con los pibes- dijo serio señalando el living con el dedo indice, fue ahí cuando escuché las voces de Juani, Pipe y Andy-. ¿Qué hacían?

-Nada- respondimos al mismo tiempo.

-Que divertido. Vengan vamos a comer.

Agus se paró de la cama no sin antes guiñarme el ojo antes de salir por la puerta.

No me controlé y sonreí, pero al mirar a Blas y ver que ya me estaba mirando, la escondí. Me levanté de la cama y cuando estaba por salir, Blas me cierra la puerta en la cara.

-Tengo hambre che- dije intentado agarrar el picaporte de la puerta.

-Y yo tengo que hablar con vos- me quejé y ví como se sentó en el borde de la cama.

-Que pesado, ¿ahora tiene que ser?- me apoyé en la pared quedando frente suyo esperando a que me responda.

-Agustin es un gato.

¿La hizo corta?

-Ya le dije que te lo dijera porque no quiero que estés con alguien como él. Siempre fue así- al escuchar aquellas palabras no pude evitar reír.

-¿Quién sos vos para decidir con quién salgo o con quien no?- le pregunté y antes de que me contestara volví a hablar-. Además, Agustín tiene pinta de todo menos de gato, Blas.

-Dale Luna, haceme caso, pregúntale a él y te lo va a negar todo- se para de la cama y yo levanto un poco la cabeza por la diferencia de altura-. Revisale el celu, que se yo, pero se habla con quinientas pibas a la vez.

-Dejá de decir pelotudeces, Blas...

-¡Te digo en serio, Luna! No quiero que él boludo ese te lastime.

-El 'boludo ese' es tu amigo.

-No, no lo es, porque los amigos tienen códigos, y él nunca supo respetarlos.

Chasqueo mí lengua y me cruzo de brazos aún apoyada en la pared.

-¿No sabias lo que pasó con la ex de Pipe, no?- lo miro a los ojos y niego con la cabeza-. Agus le empezó a hablar apenas Pipe se puso de novio. Le reaccionaba las historias, hablaba mal de Pipe para hacerlo quedar mal, y un día la chabona no quiso saber más del pobre Pipe.

Fruncí el cejo, no había chance de que Agus hiciera eso. Blas desde hace días que está raro cada vez que me ve con Agus. No sé que onda, pero que calme los humos porque sigue siendo su amigo.

-Solo está en el grupo por el tema de la peli, para no dejarlo solo acá en España.

La puerta de abrió y el rey de Roma apareció detrás de ella.

-Ajá, mira vos- dijo Agus mirando a Blas con cierta molestia-. Se quedan sin pizza eh.

Me hizo una seña con la cabeza para que vaya con él y le hice caso. Miré una última vez a Blas con pena en mis ojos y salí de la habitación dejándolo allí.

Los chicos ya estaban en la mesa comiendo y me preguntaron que pasaba apenas llegué.

-Nada, nada, cosas de Argentina- mentí y agarré una porción de pizza metiendomela a la boca con hambre.

A los segundos Blas apareció en el living con su mejor cara de orto y comió mientras los chicos seguían hablando de sus temas de fútbol de los cuales no entendía.

Pero menos entendía las actitudes de Blas, no se que flashea que puede venir y decirme esas cosas de Agus como para que termine todo lo lindo que tengo con él.

No sé, denle una novia y que deje de molestar a las que están por ser novias.




































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𝚁𝚞𝚕𝚘𝚜 || 𝙱𝚕𝚊𝚜 𝙿𝚘𝚕𝚒𝚍𝚘𝚛𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora