𝚁𝚞𝚕𝚘𝚜 || 𝙱𝚕𝚊𝚜 𝙿𝚘𝚕𝚒𝚍𝚘𝚛𝚒

XI

𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊 𝙻𝚞𝚗𝚊:

La felicidad que manejaba en estos momentos era más que notable. Tenía una sonrisa en el rostro de oreja a oreja y mí andar era dando breves saltitos por cada paso.

Caminaba por los pasillos de la facultad de Arte de España con una alegría inmensa. Ya había tenido dos clases más que interesantes y divertidas por así decirlo.

No lo iba a negar, pero al principio sentía muchos nervios y hasta me había empezado a doler la panza. Pero de a poco me fui integrando en las charlas y con las clases perdí el nerviosismo empezando a disfrutar.

Lo más bueno de todo, eran los casilleros en los pasillos, me sentía en una película yankee, solo espero que no hagan ningún tiroteo como pasa siempre allá.

Saque las cosas y las metí devuelta en el casillero como unas cinco veces de lo divertido que era, pero deje de hacerlo cuando la llave casi queda trabada en el candado.

Sonó el timbre de mierda que casi me rompe los tímpanos y me fijé que tenía ahora. Artes Visuales, vamooossss, la mejor materia lejos.

No tenía ni puta idea de que trataba, pero sonaba re diver.

Me senté en una de las sillas al lado de la pared y cerca de una ventana. El profe entró y la clase comenzó, dea, re yankee.

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Blas Polidori infumable

Ya terminé.
Me buscas?
13:32pm

Arhe, quien sos?
13:32pm

Dale tarado.
Soy Luna papudo.
Te agende ayer.
13:33pm

Ah rulos, todo bien?
No te había agendado perdón JAJAJAJJ.
13:33pm

Ja.
Venime a buscar.
13:33pm

Pasame la ubi.
13:33pm

📍 Ubicación.
13:34pm

Yendo no, llegando.
13:34pm

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Guarde mí celu en mí bolsillo y esperé afuera de la facultad a qué Blas me viniera a buscar. Mientras veía como todos los amiguitos hijos de puta se reían juntos mientras yo estaba parada al lado de un árbol de mierda.

No pensaba hacer amigos, tenía muy malas experiencias con los amigos que me hacía en el colegio. Nunca hacia una bien. Si me presentaba, siempre terminaba diciendo algo que no tenía que decir. Si lograba llevarme bien con alguien, de un día para el otro me dejaba de hablar. Estoy cagada por un pájaro, por eso siempre fui muy difícil para esto de las amistades y prefería estar sola.

Dea, le pintaba la de emo.

Miro la hora en mí reloj y habían pasado cinco minutos. Me apoyo de sobre hombro en el árbol que tengo al lado mientras miro con cara de orto a cualquier cosa que se me cruze por delante. Hasta a una paloma.

Escucho un bocinazo y levanto la mirada encontrándome con el auto negro de Blas estacionado en la vereda. Yo salgo caminando hasta la puerta de copiloto y entro en el auto siendo saludada por el ruludo.

Conecto el Bluetooth del auto a mí celu y abro Spotify.

—¿Que pongo?— pregunto, aunque sabía perfectamente lo que iba a poner.

—Lo que quieras— dijo Blas sin sacar la mirada de la calle.

Rápidamente le pongo play a mí playlist de tan biónica y dejo mí celular para poder disfrutar de Pastillitas del Olvido.

Veo de reojo como Blas echa una mirada rápida a la pantalla del auto para ver de qué se trataba. Echó una risa al aire y yo lo miré con la frente arrugada.

—¿Tan biónica?— me pregunta y yo asiento—. Pone algo más motivador, como Soda.

Ahora soy yo la que río.

—¿Motivador? Esto es más que motivador, fideo.

—Ese insulto, se cae a pedazos.

—Vos te caes a pedazos...

—Shhh.

Boe, además de que insulta a tan biónica me calla, dale amigo.

Cuando va a ser el día en que este pibe entienda de buenos gustos. No el gusta tan biónica, su sabor favorito de helado es la menta y su ropa es un quilombo. Definitivamente le hace falta unas clases de ayuda psicológica.

Cuando veo que nos desviamos del camino para el edificio lo miro en busca de una repuesta, pero no logro obtenerla y él sigue su camino a anda saber dónde.

Estacionó el auto afuera de un lugar de comida bastante grande. Yo voltee a verlo encontrandome con su mirada.

—¿Comemos juntos?— dice y una sonrisa se escapa de su boca.

—De todas formas íbamos a hacerlo boludo.

—Bueno, pero después vamos q tomar un helado.

—No.

—Si.

—No.

—Otro país, otra respuesta.

Lo fulmino con la mirada y me bajo del auto, minutos después volvió a preguntar y tuve que aceptar con la condición de que todo lo pagaba él.

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