Capitulo 8

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˚˖𓍢ִ໋˚ La Biblioteca y una
noche muy alocada

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𝟓 𝐦𝐚𝐫𝐳𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝟏𝟗𝟕𝟏
ᴅɪᴀʀʏ ᴘᴀɢᴇ ᴇɪɢʜᴛ

El sol del atardecer teñía de dorado las piedras centenarias de la escuela, reflejando una luz cálida y calurosa. En los pasillos de la biblioteca, Lily Evans pasaba las páginas de un grueso tomo de Encantamientos Avanzados, su rostro concentrado y su pluma anotando sin cesar. A unos pocos metros, Priscilla Prince observaba en silencio, su mirada gélida fija en la melena roja de Lily.

La rivalidad entre ambas no era ningún secreto. Desde el primer día en Hogwarts, habían intentado ser amigas pero no funciono, empezaron a competir ferozmente por las mejores calificaciones, por los elogios de los profesores y por el reconocimiento de sus compañeros. En absolutamente todo, tenían un odio mutuo sin razones aparentes. Sin embargo, lo que Priscilla no podía soportar, lo que realmente la enfurecía, era la devoción ciega que James, su mejor amigo, mostraba por Lily.

James estaba sentado cerca, su mirada distraída dirigida hacia Lily, quien no le prestaba la menor atención. Priscilla apretó los dientes y se giró hacia sus otros amigos, Remus, Sirius y Peter, quienes compartían una mesa llena de pergaminos y libros desordenados.

—James, estás babeando —comentó Sirius con una sonrisa burlona, golpeando ligeramente el hombro de su amigo con el codo.

—¿Qué? -respondió James, sacudiéndose del trance—. No estaba babeando, solo... pensando.

—Sí, pensando en cómo hacer para que Evans te mire, ¿no? —se burló Peter, con una radiante sonrisa de oreja a oreja.

Remus, que había estado observando la escena con una mezcla de diversión y preocupación, intercambió una mirada con Priscilla. Sabía que, a pesar de la fachada dura que ella mostraba, el conflicto interno con respecto a Lily y James le afectaba más de lo que admitía.

—Vamos, Priscilla —dijo Remus suavemente, levantándose—. Necesitamos hablar de esa... cosa.

Priscilla asintió con una leve inclinación de cabeza y lo siguió fuera de la biblioteca, dejando a los demás chicos detrás. Una vez fuera, en los pasillos solitarios del castillo, la atmósfera cambió. La tensión de la competencia académica se disipó, reemplazada por algo más oscuro y secreto.

Remus la guió hacia un rincón apartado, donde las sombras eran más profundas y la luz de las antorchas apenas alcanzaba. Se volvió hacia ella, sus ojos serios.

—¿Cómo te sientes? —preguntó con un tono que solo reservaba para ella.

—Hambrienta —respondió Priscilla en un susurro, su voz cargada de una necesidad inconfesable—. Y frustrada.

You Belong With Me | James Potter (En Pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora