You Belong With Me | James Potter (En Pausa)

Capitulo 21

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˚˖𓍢ִ໋˚ Vacaciones
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Habían llegado las vacaciones y Priscilla y sus hermanos, Harry y Hannah, estaban entrando al tren para ir a la estación 9¾. El bullicio de estudiantes ansiosos por regresar a casa llenaba el aire, y el silbato del tren resonaba mientras la locomotora se preparaba para partir.

—Pris, ¿irás con tus amigas? —le preguntó Hannah, su hermana menor, mientras trataba de abrirse paso entre la multitud.

—Emm... Sí, iré con ellas. Ustedes vayan con sus amigos —respondió Priscilla, tratando de mantener una sonrisa mientras sus manos jugaban nerviosamente con el borde de su túnica.

—¡Genial! —dijo Hannah con una sonrisa, antes de correr hacia el vagón de Slytherin con Harry.

Priscilla observó cómo sus hermanos se alejaban, sintiendo una punzada de culpa en su pecho. Se dirigió a un vagón vacío y se sentó sola, mirando por la ventana mientras el paisaje comenzaba a moverse lentamente. Los campos verdes y el cielo azul pasaban como un borrón mientras el tren avanzaba.

No quería preocupar a sus hermanos. Era la primera vez que estaba logrando una relación estable con ellos y no quería arruinarlo con sus problemas. Desde lo que pasó en el baile, sus amigos habían dejado de hablarle, y aunque fingía que todo estaba bien, la soledad pesaba en su corazón. No les diría a sus hermanos que ya no tenía amigos; no podía soportar la idea de que sintieran lástima por ella.

Sacó un libro de su bolso y comenzó a leer, tratando de perderse en las palabras impresas. Pero su mente vagaba, incapaz de concentrarse en la historia. De repente, alguien se sentó junto a ella, sacándola de sus pensamientos.

—¿Qué haces acá? Te estábamos esperando —dijo una voz familiar. Era Sirius, con una sonrisa traviesa en su rostro.

—Sí, estábamos buscando a nuestra mejor amiga —añadió Remus, sentándose frente a ella.

—Y la chica más especial de todas —agregó Peter, apareciendo a su lado.

—Sí, Priscilla, somos tus amigos —dijeron al unísono, con voces que sonaban más profundas y resonantes.

—¿Amigos? ¿Chica más especial? —preguntó Priscilla, sintiendo un nudo en el estómago. Algo no estaba bien.

—Claro que sí, Pris —dijo Sirius, su sonrisa ampliándose de manera inquietante.

—Siempre hemos sido amigos —dijo Remus, sus ojos volviéndose extrañamente rojos.

—Y siempre seremos más que amigos —añadió James, su voz resonando como un eco en la cabeza de Priscilla.

—Nunca te dejaremos sola, Pris —dijo Peter, con una expresión siniestra en su rostro.

De repente, James se acercó más y tomó la mano de Priscilla. Sus ojos se encontraron, y ella sintió una mezcla de confusión y esperanza.

—Siempre te he amado, Priscilla —dijo James, con una voz profunda y resonante.

—¿Amado...? —murmuró Priscilla, sus ojos llenándose de lágrimas de felicidad y desconcierto.

Pero algo en su mirada cambió, sus ojos se volvieron rojos y su sonrisa se transformó en una mueca siniestra. Todos empezaron a rodearla, repitiendo la frase "Somos tus amigos" mientras sus ojos se volvían rojos y sus voces se hacían más graves. Priscilla sintió que el aire se volvía espeso y su corazón latía con fuerza. Trató de levantarse, pero sus piernas no respondían.

—¡No! ¡Déjenme en paz! —gritó, tratando de apartarlos.

Y de repente...

Despertó de esa pesadilla, jadeando y con el corazón acelerado. Miró a su alrededor y se encontró en el mismo vagón, pero esta vez estaba realmente sola.