Deja vu

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El resto de los hermanos y las chicas, esparcidos por toda la universidad entre sus diferentes aulas de clase comenzaron su día. 


La clase de cálculo avanzaba lentamente, con el profesor explicando complicadas fórmulas en la pizarra mientras los estudiantes tomaban notas y trataban de mantenerse al día. Echo, con su enfoque natural y mente analítica, seguía cada detalle, aunque no podía evitar que sus pensamientos se desviaran ocasionalmente hacia Robbie, la chica pelirroja.


De repente, el profesor se volvió hacia la clase, con una sonrisa que prometía trabajo extra en su rostro. —Bien, clase, tengo una noticia. Vamos a hacer un proyecto en parejas. Quiero que utilicen las técnicas de cálculo que hemos aprendido hasta ahora para resolver un problema complejo. Las parejas serán asignadas al azar. —Anunció, levantando una caja llena de papeles con los nombres de los estudiantes.


Los murmullos de anticipación recorrieron el aula mientras el profesor comenzaba a sacar nombres y a anunciar las parejas. Una tras otra, descartaba nombres, tachándolos en su lista de asistencia y realizando sus registros.


—Havoc y Waxer, Cody y Fireball, Echo y Robbie. —Anunció finalmente el profesor, sin darse cuenta del pequeño terremoto emocional que había desatado con esas simples palabras.


Echo sintió una mezcla de nerviosismo. Intentó mantener una expresión neutral mientras miraba hacia Robbie, quien ya se había girado para encontrar su mirada. Sus ojos se encontraron, y ambos sintieron una chispa de reconocimiento.


Agitando su mano en señal de saludo, su cuerpo, curvilíneo y definido abandonó su lugar para acercarse al joven.


—Bueno, parece que somos compañeros. —Su voz, femenina y melodiosa resonó con dichas palabras.


 Echo asintió, tratando de mantener su compostura. —Sí, parece que sí. Estoy seguro de que haremos un buen equipo. —Respondió con un tono más seguro de como en realidad se sentía.


Mientras el profesor continuaba asignando parejas, el joven clon y la pelirroja comenzaron a moverse hacia una mesa común para discutir su tarea.


—¿Tienes alguna idea de cómo podríamos abordar el proyecto? —Le preguntó ella, tratando de romper el hielo.


Echo pensó por un momento antes de responder. —Podríamos dividir el problema en partes más pequeñas y trabajar en ellas individualmente antes de juntarlas. Eso podría hacer que sea más manejable. —Sugirió.


La chica asintió, apreciando la claridad del plan. —Me parece una buena idea. ¿Te gustaría reunirnos después de clase para comenzar?


El asintió de inmediato, intentando no parecer demasiado ansioso. —Claro, podemos encontrarnos en la biblioteca o en la cafetería, lo que prefieras.


—La biblioteca suena bien. —Acordó Robbie, sonriendo relajada.


La clase de cálculo finalmente llegó a su fin, y los estudiantes comenzaron a recoger sus pertenencias. La pareja se levantó de sus asientos y se dirigieron hacia la puerta, continuando con su conversación sobre el proyecto.

The Bad Batch: Realidad alternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora