Chicas

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Una semana después, finalmente la universidad abría las puertas al público femenino.

Había un revuelo por todas partes, todos los estudiantes observaban atónitos como seres de menor tamaño, cabello largo y buen aroma se paseaban por distintas partes del campus, algunas solas y otras en grupo. La mayor parte, en grupos.

En la cafetería, el Bad Batch ocupaba su mesa habitual, aunque con menos entusiasmo del que uno podría esperar.

Wrecker llegó acelerado con su bandeja.

—¡Al fin llegaron! —Dijo el fuerte hermano, con la respiración agitada.

—Tranquilo, Wrecker. Ninguna chica te notará  si te ve babeando. —Dijo Crosshair, comiendo de sus papas.

—Esto se siente tan... extraño. —Echo alzó ligeramente las cejas. —Todos están perdiendo la cabeza.

Gregor llegó de pronto a la mesa.

—Estoy perdiendo la cabeza.

—Que raro, yo veo que todavía la traes puesta.

—Muy gracioso, Crosshair. Pero, fuera de broma, hay un grupo de chicas preciosas allá afuera...

—Es la veinteava vez que escucho eso durante el día. —Hunter tomó su jugo y se llevó la botella a la boca.

 —¿Porqué no los veo tan emocionados como al resto? —Preguntó el joven clon, extrañado con sus actitudes.

—Porque te recuerdo, que no somos como el resto. —Dijo Tech, apartando la mirada de su revista. —La llegada de estudiantes femeninas es un cambio significativo, pero, hay cosas más importantes en las que pensar.

—Concuerdo con Tech. —Echo se cruzó de brazos en su silla.

Gregor sonrió —Bien—. Había un matiz de seriedad en sus ojos. —Pero les advierto algo. Con esa actitud desinteresada, puede que otros chicos se les adelanten y se ganen a las nuevas chicas primero. ¡Vamos! Son jugadores comando, no se queden atrás. —Dijo, intentando alentarlos.

—No es algo que esté en lo primero de mi lista. —Crosshair hizo el tema a un lado, para centrarse en su almuerzo.

—Gracias por tratar de alentarnos, Gregor, pero tenemos otras prioridades. —Dijo Hunter, expresando que en realidad el tema no les importaba mucho.

Echo asentía, mientras Tech ni siquiera escuchaba al estar inmerso en su lectura. Wrecker tenía ojos de cachorro, era el único que si estaba frenético por las féminas y las palabras de Gregor.

—Lo entiendo, pero recuerden bien, que yo les advertí. —El clon alzó ambas manos en señal de rendición por la actitud de los mismos y se fue de la mesa.

—¿Y si él tiene razón? —Preguntó Wrecker, .

—Aunque la tenga, no es important...

La respuesta de Echo fue silenciada por el sonido que las puertas de la cafetería emiten al abrirse, revelando la figura de cinco jóvenes mujeres que atravesaban el umbral para entrar y dirigirse hacia la fila del almuerzo.

En cámara lenta, todos y cada uno de los presentes en la cafetería posaron sus ojos en ellas.

Incluyendo al Bad Batch.

Una ardiente pelirroja, una hermosa rubia, una preciosa castaña y atractivas gemelas pelinegras caminaban seguras y con gracia. 

Como si se trataran de celebridades, los chicos que podían les sonreían, las saludaban e incluso les cedieron el lugar para que pasaran primero en la fila para pedir los alimentos del día.

The Bad Batch: Realidad alternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora